La FIFA decidió retirar a Indonesia como país anfitrión del Mundial Sub-20 masculino de fútbol, que debía reunir en el archipiélago del sudeste asiático a 24 equipos del 20 de mayo al 11 de junio, informó la instancia este miércoles en un comunicado.
La federación internacional, que anunciará la nueva sede "lo antes posible", tomó la decisión después del embrollo político que llevó a la FIFA a anular el sorteo previsto para el viernes 31 de marzo.
La medida llegó después de la reunión mantenida por el patrón del fútbol Gianni Infantino y el presidente de la Federación Indonesia de Fútbol (PSSI), Erik Thohir.
Además de la retirada de la organización del evento "debido a las circunstancias actuales", la FIFA no descarta en el futuro "posibles sanciones para la PSSI".
La FIFA no ofreció más precisiones sobre la situación que llevó a esta decisión, pero un responsable del fútbol indonesio relacionó la medida de la instancia con la oposición del gobernador de Bali a la presencia de Israel en esta competición.
Wayan Koster llamó al boicot del equipo de Israel, clasificado por primera vez para este torneo, debido a la política indonesia de apoyo a los palestinos, en una carta enviada al Ministerio de la Juventud y de los Deportes.
El gobierno indonesio se comprometió a velar por la seguridad de todos los participantes, pero Indonesia, el país del mundo con más población musulmana, e Israel no mantienen relaciones diplomáticas.
Los organizadores planeaban hacer jugar a la selección de Israel en Bali, isla con mayoría de población hinduista, para evitar los problemas, pero la oposición del gobernador cuestionó este proyecto.
La FIFA precisó que pese a tomar esta decisión, sigue comprometida "con ayudar a la PSSI (…) a llevar a cabo el proceso de transformación del fútbol nacional tras la tragedia ocurrida en octubre de 2022″.
Indonesia fue escenario de una de las peores catástrofes de la historia del fútbol. En octubre pasado, 135 aficionados perdieron la vida en una avalancha ocurrida en un estadio de la isla de Java.
Las autoridades indonesias se esforzaron en restablecer la reputación del país, suspendido por la FIFA en 2015, debido a las interferencias gubernamentales en los asuntos de fútbol.