El Gobierno de Siria tuvo que movilizar más de 293.000 personas de sus hogares en las áreas controladas de Bachar al Asad, como consecuencias de los terremotos con epicentro en Turquia, que han dejado ya casi 2.700 muertos en todo el país.
«El número de personas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares por miedo de derrumbes o por el terremoto es de 293.829, entre ellas mujeres y niños. Estas son las cifras hasta este momento», dijo en una rueda de prensa el ministro de Administración Local y presidente del Comité Superior de Ayuda sirio, Hussein Majluf.
Asimismo, indicó que el Gobierno sirio ha abierto en las zonas que controla un total de 180 refugios para acoger a los afectados por el seísmo, mientras que ha desplegado 157 unidades móviles a las provincias más afectadas.
En Siria, inmersa en una guerra civil desde hace más de una década, la información sobre víctimas y afectados proviene, por un lado, del Gobierno de Bachar al Asad y, por otro, del último enclave del país controlado por la oposición, rodeado por fuerzas gubernamentales apoyadas por Rusia.
De esta forma, el Ejecutivo sirio informa sobre las provincias de Alepo, Latakia, Hama, las afueras de Idlib y Tartús; mientras que la oposición lo hace de la gobernación noroccidental de Idlib, el último bastión opositor del país, y en otras partes de la vecina Alepo que también se escapan al control de Damasco.
Hasta el momento, 1.262 personas han perdido la vida y otras 2.285 han resultado heridas por los seísmos en zonas controladas por Damasco, mientras que otras 1.400 han fallecido y 2.700 han sufrido lesiones en áreas opositoras.
En total, la cifra de muertos en todo el país asciende a 2.662 y la de heridos a 4.985.
Es previsible que la cifra de víctimas aumente considerablemente, pues centenares de edificios han colapsado o sufrido graves daños y aún permanece gente entre los escombros.