El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó este lunes la independencia y el carácter soberano de su país frente a las presiones de Estados Unidos durante la administración de Donald Trump, al recordar las tensiones comerciales generadas por los aranceles impuestos a los productos brasileños.
“Todo el mundo sabe que cuando Trump puso los aranceles y ofendió a Brasil, nosotros no bajamos la cabeza. Aunque no seamos tan grandes como ellos, tenemos carácter y dignidad”, expresó Lula durante un evento oficial en el Palacio de Planalto, según declaraciones recogidas por el medio UOL.
El mandatario destacó que ese espíritu de resistencia “es lo que hace de un país una nación” y lo que define la “verdadera soberanía nacional”.
Sus palabras llegan en un momento en que las relaciones entre Brasil y Estados Unidos parecen entrar en una fase de distensión y reconstrucción diplomática, tras varios meses de tensiones bilaterales.
De la tensión al diálogo
La crisis entre ambas naciones se desató cuando Trump aplicó aranceles del 50 % a una amplia gama de productos brasileños, lo que provocó un enfriamiento en los vínculos comerciales y diplomáticos.
Sin embargo, el deshielo comenzó a finales de septiembre, cuando ambos líderes coincidieron brevemente en los pasillos de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. En esa ocasión, Trump declaró que Lula le había parecido “un hombre muy agradable”, marcando un giro en el tono del diálogo.
A comienzos de octubre, ambos presidentes sostuvieron una conversación telefónica con el objetivo de restablecer la cooperación y explorar un encuentro presencial durante la próxima Cumbre de la ASEAN, que se celebrará a finales de mes en Kuala Lumpur, Malasia.
Señales de acercamiento
El proceso de normalización de relaciones también se fortaleció tras una reunión en Washington entre el canciller brasileño Mauro Vieira y el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, quienes discutieron los próximos pasos para relanzar la agenda bilateral.
“Fue una reunión bilateral de unos 20 minutos, privada y muy productiva, seguida de un encuentro más amplio con representantes del Departamento de Estado y la Embajada de Brasil”, informó Vieira.
Diplomáticos de ambos países han señalado que las conversaciones apuntan a restaurar el comercio, fortalecer la cooperación ambiental y abrir espacios de inversión mutua, especialmente en sectores estratégicos como energía y tecnología verde.
Soberanía como bandera
El discurso de Lula refuerza su narrativa de autonomía nacional frente a potencias extranjeras, un mensaje que conecta con su base política y con la tradición diplomática brasileña de equilibrio y no alineamiento.
Con su frase “no bajamos la cabeza”, el mandatario busca proyectar una imagen de firmeza en defensa de los intereses del país, sin cerrar la puerta al diálogo.
Mientras tanto, los analistas observan con atención el posible encuentro entre Lula y Trump en Malasia, que podría marcar un punto de inflexión en la relación entre Brasil y Estados Unidos tras años de tensiones económicas y políticas.