El presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, declaró este viernes que Kiev no permitirá el tránsito de gas ni petróleo ruso hacia Eslovaquia, insistiendo en que los hidrocarburos de Moscú “no tienen futuro”.
El anuncio se produjo tras una reunión con el primer ministro eslovaco, Robert Fico, con quien mantuvo un debate marcado por diferencias profundas. “Estamos dispuestos a suministrar petróleo y gas a Eslovaquia, siempre y cuando no sea ruso. Estamos en guerra, punto”, expresó Zelenski.
El mandatario aseguró que Kiev tiene “suficientes proyectos alternativos” en el sector energético y que está dispuesto a cooperar con Bratislava en esa dirección.
La respuesta de Eslovaquia
Por su parte, Fico subrayó que ambos países mantienen “puntos de vista diametralmente opuestos” y recalcó que Eslovaquia no participará en “juegos en lo que respecta a la energía”. Añadió que las decisiones energéticas de su Gobierno estarán guiadas únicamente por “la política soberana eslovaca” y por la necesidad de garantizar el suministro seguro.
Seguridad energética bajo amenaza
La controversia se produce tras los ataques ucranianos de agosto contra la infraestructura del oleoducto Druzhba, que obligaron a suspender el suministro de crudo a Hungría y Eslovaquia, generando fuertes críticas y una queja ante la Comisión Europea. Ambos países denunciaron que las acciones de Kiev amenazan su seguridad energética y son “inaceptables”.
En paralelo, el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió que Moscú responderá “con seriedad” a los ataques ucranianos contra instalaciones energéticas.
La rama sur del oleoducto Druzhba sigue siendo clave para el transporte de crudo ruso hacia Eslovaquia y Hungría, mientras que el ramal norte hacia Alemania y Polonia fue cerrado previamente por las sanciones europeas.
Con esta nueva postura, Kiev incrementa la presión sobre los países de la UE más dependientes del crudo ruso, en un escenario de tensiones crecientes sobre la seguridad energética del continente.