El gobierno de la India ha reafirmado que continuará comprando petróleo ruso, ignorando las advertencias del presidente estadounidense Donald Trump, quien esta semana impuso nuevos aranceles del 25 % y una "multa" adicional contra el país asiático, según reporta el New York Times.
“Nuestras relaciones bilaterales con diversos países se basan en sus propios méritos y no deben verse desde la perspectiva de un tercer país”, dijo el vocero del Ministerio de Exteriores indio, Randhir Jaiswal, en una clara alusión a EE.UU.
Contrario a rumores recientes que sugerían una reducción en las compras de crudo ruso, funcionarios indios confirmaron al NYT que no se ha dado ninguna instrucción oficial a las compañías petroleras para disminuir las importaciones provenientes de Rusia. Al contrario, agencias locales como ANI también aseguran que la relación energética se mantiene sin cambios.
Trump endurece el tono
Desde Washington, Trump manifestó su descontento con el vínculo entre India y Rusia, especialmente en sectores clave como el petróleo y la defensa militar. "No me importa lo que India haga con Rusia", dijo irónicamente, luego de criticar que Nueva Delhi compre equipo militar a Moscú y mantenga acuerdos energéticos con el Kremlin.
Como represalia, Trump anunció aranceles del 25 % y sanciones adicionales al comercio indio, lo que ha despertado temores de un nuevo frente de guerra comercial entre dos potencias democráticas.
India responde con pragmatismo
Desde el Ministerio de Comercio e Industria de India se dejó claro que el enfoque principal sigue siendo “la protección del bienestar de los agricultores y las pequeñas empresas locales”, defendiendo así las decisiones comerciales soberanas.
Funcionarios indios recordaron que la compra de crudo ruso es completamente legal, y se basa en factores económicos como precio, calidad, logística y reservas, no en ideologías o presiones diplomáticas.
Un juego de poder y petróleo
La postura de India refuerza su imagen de actor global independiente, que mantiene relaciones con EE.UU., Rusia, China y la UE sin alinearse por completo con ninguno. Pero, ¿puede sostener esta neutralidad estratégica frente a las tensiones comerciales que se avecinan?