EE.UU. y Japón comparten una larga historia de amistad, afirmó el miércoles el presidente estadounidense, Joe Biden, en una cena de Estado con el primer ministro nipón, Fumio Kishida, en la Casa Blanca.
"Somos iguales, Japón y Estados Unidos", señaló Biden. "Puede que estemos divididos por la distancia, pero, generación tras generación, nos han unido las mismas esperanzas, los mismos valores, el mismo compromiso con la democracia, la libertad y la dignidad para todos", declaró.
Washington y Tokio establecieron en 1858 relaciones diplomáticas, que se rompieron en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, a raíz del ataque japonés de 1941 a Pearl Harbor, en el estado de Hawái. El Imperio japonés entró en el conflicto el 7 de diciembre de 1941 como una de las potencias del Eje, en coalición con Alemania e Italia.
En agosto de 1945, la aviación del país norteamericano lanzó dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, causando cientos de miles de muertos. Otros miles de japoneses murieron años después por los efectos de la radiación. Las relaciones diplomáticas entre ambas naciones solo se restablecieron en 1952.
Actualmente, "la ubicación geográfica, la sofisticación tecnológica, la riqueza, el potencial militar y los valores democráticos de Japón le dan una importancia única para la contienda entre Estados Unidos y Pekín", opinó el pasado septiembre Hal Brands, profesor distinguido Henry Kissinger en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.