El presidente de la UEFA Aleksander Ceferin anunció el jueves que no se presentará como candidato en 2027, en un desafiante pronunciamiento tras haber orquestado una polémica reforma de los estatutos que le hubieran permitido mantenerse en el cargo.
Ceferin ha presidido la UEFA desde 2016 y manifestó estar “agotado del COVID, agotado de dos guerras” y de los planes para crear una Superliga, algo que tildó de “proyecto descabellado”.
Hizo su inesperado anuncio al abrir una breve rueda de prensa con una declaración en la que calificó de “payasos” a sus detractores y dijo que la gente que habían cuestionado la unidad de la UEFA en semanas recientes deberían estar “un poquito avergonzados ahora”.
La UEFA se ha visto sacudida por un desconcierto interno sin precedentes, lo cual ha socavado su reputación en semanas recientes desde que el abogado esloveno decidió modificar las reglas con el fin de extender su presidencia a 15 años hasta 2031.
El ente rector del fútbol europeo impuso en 2017 un límite de 12 años para un mandato presidencial como parte de las reformas anticorrupción que fueron aprobadas a raíz de las investigaciones en Estados Unidos y Suiza sobre el fútbol internacional y que propiciaron que Ceferin fuera elegido.
Las organizadores rectoras quedaron contra la pared durante la investigación federal en Estados Unidos que apuntó a los manejos turbios y tráfico de influencias en el fútbol internacional. El propio Ceferin prometió hace siete años que se alejaría en 2027 de un puesto en el que cobra un salario anual de 3,7 millones de dólares.
El intento de aferrarse en el cargo provocó una confrontación en un encuentro a puertas cerradas el 2 de diciembre con David Gill, el miembro más veterano de la junta directiva de la UEFA y ex director ejecutivo del David Gill.
También precipitó que uno de los aliados más cercanos de Ceferin, el retirado futbolista croata Zvonimir Boban, renunciara hace dos semanas como jefe de fútbol de la UEFA.
Boban mencionó su “rechazo total” al cambio en los límites del mandato presidencial en su carta de renuncia, la cual insinuó las tensiones en la sede de la UEFA en Nyon, Suiza. Señaló que “no soy el único que piensa así”.
Lo de extender el mandato siguió a unos meses turbulentos para la UEFA en el que la entidad pareció defender a Luis Rubiales, su vicepresidente que cayó en desgracia por su mal comportamiento en la final de la Copa Mundial femenina en agosto. Rubiales renunció después de tres semanas de mostrarse desafiante y la FIFA le vetó de toda actividad en el fútbol.
La UEFA también quiso reducir el veto a los equipos rusos en las competiciones internacionales con el regreso de las selecciones Sub17. Ello provocó el repudio de 12 federaciones miembro que se niegan a disputar partidos contra Rusia.
Sin embargo, Ceferin aseguró el jueves que tomó la decisión de irse hace seis meses, aunque compartió su plan con unos cuantos amigos y colegas, entre ellos el secretario general de la UEFA Theodore Theodoridis.
“Toda organización necesita sangre joven, pero más que nada porque llevo siete años alejado de mi familia. Y estará alejado de ellos por tres años más”, dijo.