Las cámaras de seguridad del hospital Ibn Sina, ubicado en la ciudad cisjordana de Yenín, captaron impactantes imágenes de una incursión realizada por fuerzas encubiertas israelíes. En una operación que duró apenas diez minutos, agentes disfrazados de médicos y enfermeros, algunos portando barbas postizas y otros vistiendo ropas tradicionales femeninas islámicas, ingresaron al centro médico a las 5:30 de la madrugada del pasado martes.
Según informes de The Times of Israel, los agentes israelíes utilizaron armas equipadas con silenciadores para disparar a tres palestinos, entre ellos Mohammed Jalamneh, identificado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) como "un terrorista de Hamás" que había planeado un ataque inspirado en la masacre del 7 de octubre. Además, fueron asesinados Mohammed Ghazawi, descrito como "un agente terrorista de los batallones de Yenín", y su hermano Basel Ghazawi, presunto miembro de la organización terrorista Yihad Islámica.
Las FDI emitieron un comunicado conjunto con la Agencia de Seguridad de Israel y la Policía israelí, calificando la operación como un "operativo antiterrorista". Se sostiene que la incursión tenía como objetivo neutralizar amenazas terroristas, aunque la acción ha generado tensiones, provocando la condena del movimiento palestino Hamás.
En respuesta, Hamás afirmó que los "crímenes del Ejército israelí no quedarán sin respuesta", subrayando que los combatientes palestinos "no se dejarán intimidar ni debilitar por los asesinatos ni por los crímenes del enemigo cobarde". El comunicado de Hamás, recogido por Al Jazeera, denuncia la incursión en el hospital Ibn Sina como la "continuación de los crímenes actuales de la ocupación" contra el pueblo palestino, desde Gaza hasta Yenín. Se destaca que uno de los fallecidos yacía previamente herido en una cama del centro médico al momento del ataque. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, mientras persisten las tensiones en la región.