Santo Domingo.-Los beneficios ambientales de las fincas a partir de la biomasa son múltiples, y uno de estos es que sirven para mitigar el carbono de la atmósfera que genera el cambio climático, en lo económico permiten sustituir los combustibles fósiles por madera cultivada con ese fin, y usar desechos aprovechables de especies vegetales.
Con la actividad se reproduce la flora y fauna; el costo de la energía se reduce a la mitad y el proceso genera empleos.
Dado que el 67 por ciento de los terrenos del país son de vocación forestal, impulsar esa actividad en vez de otras que degraden los terrenos (ganadería) equivale a regular el ciclo hidrológico, evitar la pérdida de biodiversidad y proteger el paisaje.
“Además, los árboles, por la fórmula química de la madera, lo que más contienen es carbono, entonces las emisiones de gases de los vehículos la absorben las plantaciones y lo fijan al suelo, que junto a los océanos son los mayores reservorios del mundo.
Ellos capturan ese carbono de la atmósfera, lo almacenan en sus maderas, y ayudan en el cambio climático”, explicó José Elías González, viceministro de Recursos Forestales del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El dasónomo en manejo y administración forestal refiere que las fincas forestales a nivel general se enfocan en distintas actividades, aunque son pocas las puramente con fines energéticas.
En el país existen que se dedican a la siembra de especies con rápido potencial energético para suplir las calderas de vapor y algunas conjugan el quehacer para producir energía e incorporarlas al sistema.
Sin embargo, existe la percepción de que todo lo que se corta en los bosques se trata de tala indiscriminada, situación que limita la inversión, porque empresarios sienten inseguirdad jurídica al pensar que tendrán problemas legales ante las denuncias registradas.
Regente forestal
Tanto Elías, como Máximo Aquino, director de Bosques y Manejo Forestal del Ministerio, afirmaron que las fincas de esta naturaleza están amparadas en la Ley Forestal 57-18 y su reglamento, que permite otorgar un certificado al inversionista que se dedique a la actividad tener derecho al corte, y dependiendo del tamaño del terreno se elabora un Plan de Manejo Forestal en Plantación.
“Eso equivale a una guía técnica que aprueba el Ministerio para cada finca, ese plan lo maneja el sector privado y los regentes forestales lo conocen, aprueban o lo modifican, pero se le da garantía a quien invierte de hacer uso de la madera, siempre respetando la normativa ambiental vigente”, comentó el dasónomo José Elías González.
Citó el caso de otras fincas, de bosques secos-subtropicales, y existe una Federación de Productores en el Sur que planta especies como el campeche y cambrón para producir postes para el tendido eléctrico o carbón.
La tonelada de biomasa en pie tiene un valor de 15 dólares. No obstante, hay que sumarle el corte y transporte, este último factor, de acuerdo con José Elías y Máximo Aquino, es una de las dificultades. Coincidieron con el director de la Comisión Nacional de Energía, Edward Veras Díaz, que esa y la seguridad jurídica son algunas las trabas para el sector.
Energía limpia
En el contexto y crisis energética que vive el mundo, Domingo Contreras, presidente fundador del Centro de Innovación Atabey, define de importante que el país pueda contar con una capacidad de autogeneración proveniente de energía limpia.
“Ya tenemos la energía solar, del viento, maremotriz y la proveniente de biomasa, que hay una serie de fuentes como el bagazo de caña, paja de arroz, residuos agrícolas y forestales que se generan en las mimas industrias o de plantas sembradas para ese propósito”, detalló el ambientalista Contreras.
Sostuvo que la biomasa, bien regulada, contribuye a la economía circular que se debe impulsar en el país.
Al igual los demás expertos, Víctor Jiménez, analista de Gestión y Producción de Consumo Sostenible del Medio Ambiente, coincidió en que la biomasa, además de ser sumidero de carbono y proteger los suelos, ve ese tipo de fincas como una alternativa viable dada la condición de isla del territorio dominicano.
Aboga porque el Estado incentive esa actividad para satisfacer la demanda de energía, usando especialmente terrenos desérticos sin vocación agrcícola.
— Corte madera
La recién Resolución 34-2022, que suspendió el aprovechamiento de madera bruta en plantaciones forestales, y que luego tuvo que ser derogada por el Ministerio de Ambiente, creó preocupación entre dueños de fincas.