Dr. Isaías Ramos
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
En nuestra historia republicana, siempre hemos tenido episodios con hombres que han dirigido los destinos de la patria sin ningún sentir patriótico. Si recordamos los hechos e intentos de Pedro Santana y Buenaventura Báez, son un símbolo de lo que podríamos tildar de traidores a la patria. Sin embargo, desde hace 27 años, nuestra nación ha sido víctima de una generación de políticos carentes de la más mínima conciencia del deber patriótico, donde los intereses foráneos, personales y de particulares se han priorizado a costa de los intereses nacionales.
Bajo esas circunstancias, las primeras medidas de esta nueva casta política comenzaron con el debilitamiento del Estado y el fortalecimiento de los grandes capitales financieros. Fue el inicio del despojo de activos del pueblo como la CDE, CEA, CORDE y CORPHOTELS, concomitantemente con programas pervertidores con la finalidad de dañar a la niñez y la juventud, negándoles educación de calidad, capacitación y oportunidades laborales dignas. En lugar de ello, se les expuso a medios de ocio y perversión, permitiendo la proliferación de juegos de azar en cada esquina, drogas, alcohol, "juka", y una libertad a la expresión “musical” con letras perniciosas y violentas.
A raíz de esa agenda, muchas veces inducida por ONGs y organismos internacionales, se comenzó el saqueo legalizado del Estado con contratos lesivos a la soberanía, como el “peaje sombra”, Congentrix, el contrato minero 97-3 y el despojo de nuestros puertos y aeropuertos.
Se diseñaron estructuras extractivas como las AFP y ARS, sistemas creados para extraer hasta la última gota del sudor de nuestro pueblo trabajador y convertir el derecho a la salud en un negocio lucrativo para el beneficio de una pequeña élite financiera a costa del dolor y sufrimiento de muchos.
Esta clase política ha sido tan traidora al pueblo dominicano que incluso las quiebras de sectores financieros se impusieron a la nación, como fue la crisis financiera del 2003 que sumió a gran parte de la población en la miseria.
Basándose en esos hechos, esta élite política ha gobernado nuestro país durante los últimos 27 años, saqueando nuestros bienes, endeudando las futuras generaciones, pervirtiendo a sus ciudadanos, abriendo nuestras fronteras propiciando la invasión pacífica de vecinos y secuestrando las instituciones del Estado para ponerlas al servicio de unos pocos privilegiados, a costa de negarle los derechos adquiridos a la población.
Desde esa realidad palpable, en el Frente Cívico y Social llamamos a la reflexión al pueblo dominicano. Seguir apoyando a los mismos que nos han llevado a este callejón sin salida es jugar con el futuro de nosotros y nuestras futuras generaciones. Hoy, en el FCS, reiteramos a ese 70% de la población indiferente a la política, debido al engaño, mentira y manipulación sufridos de manera reiterada y que siente frustración pero no indignación, a dar un paso adelante como buen ciudadano. Unidos, podemos trabajar a favor de la patria con el propósito de liberarla de esas garras destructoras. Mantener una actitud pasiva ante este desafío de salvar nuestra patria de las manos de estos traidores nos convertiría en sus cómplices. Estamos cerca del punto de no retorno y la nación, hoy más que nunca, demanda de sus buenos hijos sacrificio y esfuerzo antes de que tengamos que derramar sangre, lágrimas o sufrir el dolor de abandonar lo que hoy podemos defender. Juntos, podemos construir la nación que todos soñamos: un país donde reine el orden, la justicia y la igualdad de oportunidades.
¡Despierta, RD!