Entre 300 y 500 personas pueden estar muriendo en Reino Unido cada semana a causa de los retrasos en la atención de Urgencias, según calcula el Real Colegio de Medicina de Urgencias, una institución independiente que establece los estándares de atención de emergencia en el país.
“Lo que estamos viendo ahora en términos de estas largas esperas se está asociando con un aumento de la mortalidad, y creemos que entre 300 y 500 personas están muriendo como consecuencia de los retrasos y problemas con la atención de Urgencias cada semana”, dijo el presidente de la institución, el doctor Adrian Boyle, a Times Radio este domingo. “Tenemos que controlarlo”.
Boyle explicó que un grave brote de gripe, agravado por la falta de inmunidad debido a las medidas de aislamiento de la COVID-19, ha hecho que la ocupación de camas alcance niveles récord.
Según el Real Colegio de Medicina de Urgencias, que supervisa los niveles de atención en los servicios de urgencias de Reino Unido, el Sistema Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) se enfrenta al peor invierno en cuanto a esperas en urgencias jamás registrado.
Varios hospitales han declarado en los últimos días sufrir “incidentes críticos”, una declaración formal para comunicar a la administración y a los pacientes que están saturados y no pueden funcionar como de costumbre debido a la presión extraordinaria. Otras instituciones han pedido a los pacientes que eviten los servicios de urgencias a menos que su estado ponga en peligro su vida.
El Gobierno británico ha reconocido la presión a la que se enfrenta el NHS, informa la BBC.
“Inseguro e indigno”
En noviembre, 37.837 pacientes esperaron más de 12 horas en urgencias para que se decidiera su ingreso en un servicio hospitalario, según el servicio de salud de Inglaterra. Esto supone un aumento de casi el 355% en comparación con el mes de noviembre.
Según Boyle, los tiempos de espera en diciembre serán los peores que ha visto nunca. Más de una docena de centros del NHS y servicios de ambulancias han declarado que no pueden funcionar con normalidad durante el periodo festivo, según recoge la agencia de noticias PA.
“Si se miran los gráficos, todos van en la dirección equivocada, y creo que tiene que haber un verdadero reajuste. Tenemos que estar en una situación en la que no podamos encogernos de hombros y decir 'este invierno ha sido terrible, no hagamos nada hasta el próximo invierno’”, dijo el médico. “Tenemos que aumentar la capacidad de nuestros hospitales, tenemos que asegurarnos de que existen vías alternativas para que la gente no se vea abocada al servicio de ambulancias y urgencias”.
“No podemos seguir así, es inseguro e indigno”, añadió.
El director de estrategia del NHS, Chris Hopson, dijo que era evidente que el NHS estaba “bajo una presión significativa en este momento”. En declaraciones a la BBC, Hopson dijo sentirse “profundamente incómodo” por el nivel de atención que a veces se presta en momentos de presión.
Pero el alto cargo del NHS dijo que había que tener cuidado a la hora de “sacar conclusiones precipitadas sobre las tasas de mortalidad excesiva y sus causas sin haber analizado las pruebas de forma completa y detallada”. Y añadió que se está realizando un “estudio de la evidencia”.
“Estado de crisis”
Por sus parte, el doctor Ian Higginson, vicepresidente del Real Colegio de Medicina de Urgencias, dijo que no tenía “ninguna duda” de que existía un riesgo para los pacientes.
“Los servicios de urgencias se encuentran ahora mismo en una situación realmente difícil y, en algunos casos, en un completo estado de crisis… y en muchos casos somos incapaces de ofrecer una atención al nivel que nos gustaría”, dijo en declaraciones a la BBC.
“No hay duda de que si no se puede enviar una ambulancia a alguien que está sufriendo un infarto o un ictus, algunos de esos pacientes van a salir perjudicados y pueden morir como consecuencia de ello”, añadió. “Y no hay duda de que cuando tratamos a pacientes frágiles, ancianos y vulnerables en camillas en los pasillos, no podemos hacer lo mejor por ellos”. Higginson dijo que el personal de Urgencias hace todo lo posible, pero que es necesario invertir para mantener el servicio sanitario.
Saffron Cordery, directora ejecutiva interina de NHS Providers, que representa a hospitales, ambulancias y otros servicios de atención médica, dijo que la presión a la que está sometido el NHS es “equivalente” a la de la primera fase de la pandemia de coronavirus. Según Cordery, entre las causas de esta presión está la acumulación de operaciones pendientes, el desgaste de la plantilla, la escasez de personal, la falta de inversiones y los continuos casos de COVID-19 y gripe.
En este momento hay hasta 133.000 vacantes de personal en todo el NHS, dijo Cordery a la agencia PA Media.
En diciembre, las enfermeras de Reino Unido hicieron por primera vez huelga para reclamar subidas salariales, en medio de la ola de paros del sector sanitario. Se considera la mayor huelga de la historia del servicio de sanidad británico, según la BBC. La Asociación Médica Británica ya ha anunciado que convocará una huelga de los médicos en formación para este mes y las enfermeras volverán a la huelga en Inglaterra los días 18 y 19 de enero.