El presidente estadounidense Donald Trump reveló este jueves que espera reunirse con su homólogo ruso, Vladímir Putin, en un plazo de dos semanas, según declaraciones ofrecidas a la prensa desde la Casa Blanca.
De acuerdo con el mandatario, la cumbre podría celebrarse en Budapest (Hungría), una ubicación que simbolizaría un punto intermedio entre Occidente y el bloque euroasiático, y que ya ha sido escenario de reuniones diplomáticas recientes vinculadas al proceso de paz en Europa del Este.
“Creemos que hay espacio para el entendimiento. Esperamos vernos dentro de dos semanas”, expresó Trump al ser consultado sobre el estado de las conversaciones con el Kremlin.
Aunque el presidente no ofreció más detalles, fuentes cercanas a la administración indicaron que el encuentro podría centrarse en temas de seguridad estratégica, reducción de tensiones militares y seguimiento al acuerdo de Anchorage, firmado meses atrás como hoja de ruta para una resolución pacífica del conflicto en Ucrania.
Contexto diplomático reciente
La posible reunión entre Trump y Putin se produciría en medio de un cambio en el tono de las relaciones bilaterales, luego de que ambos gobiernos intercambiaran gestos de distensión tras años de sanciones, acusaciones y disputas geopolíticas.
En septiembre, el asesor presidencial ruso Yuri Ushakov calificó los acuerdos alcanzados en Alaska como “la estrella guía” para avanzar en la paz ucraniana, mientras que Putin insistió en que “ambos países comprenden hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos para una solución pacífica”.
Si se confirma la cumbre, sería el primer encuentro cara a cara entre Trump y Putin desde su regreso a la presidencia estadounidense, y podría marcar una nueva etapa en el equilibrio político internacional.
Reacciones y expectativas
Analistas internacionales consideran que una eventual reunión en Budapest podría redefinir el mapa diplomático global, especialmente en materia energética, comercial y de defensa.
La Unión Europea observa con cautela el acercamiento entre Washington y Moscú, mientras Beijing sigue los movimientos con interés, dado su rol creciente en la escena global.
De momento, ni el Kremlin ni la Casa Blanca han confirmado oficialmente la fecha exacta ni la agenda de la cumbre, aunque ambas partes coinciden en que el diálogo directo es “imprescindible para reducir la tensión y avanzar en acuerdos concretos”.