En medio de una de las jornadas políticas más tensas de los últimos años, el Congreso de la República del Perú aprobó durante la madrugada de este viernes la vacancia presidencial de Dina Boluarte por “permanente incapacidad moral”, con 122 votos a favor.
Minutos después del anuncio, Boluarte se dirigió a la nación en un mensaje televisado, donde defendió su gestión y destacó los logros alcanzados durante su mandato.
“En todo momento invoqué a la unidad, a trabajar juntos y a luchar por nuestro país”, afirmó la expresidenta, subrayando que su gobierno buscó mantener la estabilidad en medio de un escenario de violencia y descontento social.
Durante su alocución, la mandataria repasó obras e iniciativas desarrolladas en distintas áreas sociales y ministeriales, aunque su discurso fue interrumpido por la transmisión oficial del Congreso, que dio paso al acto de transferencia de poder al presidente del Parlamento, José Jerí, designado como mandatario interino.
Proceso de vacancia y controversia legal
El Congreso aprobó la medida tras debatir cuatro mociones presentadas por diversas bancadas políticas, que acusaban al Ejecutivo de inacción ante la crisis de inseguridad y la expansión del crimen organizado.
La expresidenta se negó a acudir al hemiciclo, alegando falta de garantías en el proceso. Su abogado, Juan Carlos Portugal, denunció que “solo se le concedieron 50 minutos entre la notificación y la audiencia”, calificando el procedimiento como “una violación al debido proceso”.
Crisis de inseguridad y violencia
El contexto de la destitución coincide con una ola de violencia e inseguridad que afecta al país. A inicios de la semana, transportistas iniciaron un paro nacional de 24 horas tras el asesinato de un conductor de autobús y el ataque a otro que resultó herido.
La indignación ciudadana se agravó el miércoles, cuando cuatro integrantes de la reconocida banda de cumbia Agua Marina fueron baleados durante un concierto en Lima, en un atentado atribuido al crimen organizado.
Los incidentes aumentaron la presión sobre el Ejecutivo y el Congreso, en un país donde la inestabilidad política ha provocado seis cambios de presidente en apenas siete años.
Un país en incertidumbre
Con la destitución de Boluarte, el Perú enfrenta una nueva transición de poder, en medio de un ambiente de desconfianza institucional y fragmentación política.
El ahora presidente interino José Jerí prometió garantizar la gobernabilidad y convocar al diálogo, aunque diversos sectores sociales y políticos han solicitado elecciones generales anticipadas para salir de la crisis.
Analistas advierten que esta destitución podría intensificar las protestas en varias regiones, especialmente en el sur andino, bastión de los movimientos sociales que habían respaldado al expresidente Pedro Castillo antes de su derrocamiento en 2022.