Seúl (EFE).- Corea del Norte ha lanzado hoy un misil balístico de alcance intercontinental (ICBM) que cayó en aguas a unos a 200 kilómetros de las costas del norte de Japón, lo que redobla el desafío del régimen de Kim Jong-un en un momento de persistente y creciente tensión en torno a la península coreana.
Los ejércitos japonés y surcoreano han detallado que el ICBM voló unos 1.000 kilómetros alcanzando un apogeo de 6.100 km y una velocidad equivalente a unas 22 veces la del sonido.
Según el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) las «especificaciones concretas» están siendo analizadas aún por la inteligencia militar en Seúl y Washington, aunque ya se sabe que el lanzamiento se realizó desde la zona de Sunan.
Sunan, donde se encuentra el aeropuerto internacional de Pionyang, ha sido el lugar elegido por el régimen para lanzar misiles ICBM en febrero, marzo y el pasado 3 de noviembre.
Muchos expertos creen que el proyectil disparado hoy sería precisamente el mismo que se lanzó el día 3 de este mes y que falló en pleno vuelo.
Con base en las imágenes publicadas por la propaganda norcoreana, el misil lanzado entonces parece un Hwasong-15, el misil en condiciones operativas con mayor alcance potencial del arsenal norcoreano, pero con una modificación en la cabeza muy posiblemente destinada a guiar varias ojivas hacia distintos objetivos.
Respuesta de los aliados
Horas después llegaba la respuesta de los aliados, cuando aviones de combate surcoreanos de quinta generación F-35A lanzaron bombas guiadas por láser GBU-12 sobre objetivos que simulaban ser plataformas erectoras móviles (TEL, por sus siglas en inglés) norcoreanas para lanzar misiles.
Al mismo tiempo, otros cuatro F-35A surcoreanos y cuatro F-16 estadounidenses realizaron vuelos en formación de combate sobre el mar de Japón.
Se trata de dos operaciones que simulan ser ataques preventivos e incluso operaciones de castigo contra intereses norcoreanos, en lo que supone un duro mensaje para Pionyang.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano ha asegurado en un comunicado que los aliados «han demostrado su firme voluntad de responder de manera resolutiva a cualquier amenaza y provocación, incluyendo un misil balístico intercontinental (ICBM) de Corea del Norte, y su abrumadora capacidad y disposición para atacar al enemigo con precisión».
Este último proyectil norcoreano disparado hoy se une a otro de corto alcance lanzado el jueves y también a una treintena de misiles de distintos tipos, una cifra récord, disparados a principio de noviembre en respuesta a unas grandes maniobras aéreas de Seúl y Washington
Un misil capaz de alzcanzar Washington
Representantes del Ministerio de Defensa nipón y diversos analistas han coincidido en que un proyectil como el disparado hoy sería capaz de recorrer potencialmente unos 15.000 kilómetros, suficiente para alcanzar Washington desde Pionyang.
El lanzamiento ha suscitado la condena unánime de varios líderes que se vieron obligados a celebrar hoy una reunión de emergencia mientras participaban en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Bangkok.
También el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que prosigue su visita a la vecina Corea del Sur, ha condenó «en los términos más enérgicos» el lanzamiento norcoreano y ha mostrado su apoyo a su homólogo surcoreano, Yoon Suk-yeol, durante la reunión que ambos han mantenido en Seúl.
Por su parte, Yoon ha expresó su preocupación por el hecho de que los ensayos de misiles del Norte se estén produciendo «con una frecuencia e intensidad sin precedentes».
Poco antes, el presidente sureño presidió una reunión del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) en la que ordenó activar medidas para fortalecer la ejecución de la llamada disuasión extendida o ampliada, que es un compromiso adquirido el pasado mayo por Washington con Seúl y que consiste en el envío de activos estratégicos estadounidenses a la península coreana en función de las acciones del régimen norteño.
La tensión en la península está alcanzando cotas inéditas ante las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras de los aliados y la posibilidad de que, tal y como indican los satélites, el régimen de Kim Jong-un ya esté listo para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.