Un terremoto de magnitud 8,7 ha estremecido las aguas del Pacífico norte, con epicentro frente a la península rusa de Kamchatka, a unos 126 kilómetros al sudeste de Petropávlovsk-Kamchatski, según el Servicio Geológico de EE.UU. El movimiento, ocurrido a una profundidad de 18,2 km, ha desatado alertas de tsunami en al menos cinco países y territorios: Rusia, Japón, Hawái, Alaska y Guam.
En Petropávlovsk-Kamchatski, ciudad de más de 160.000 habitantes, el temblor fue descrito por residentes como “el más fuerte en décadas”. Reportes locales indican daños materiales en viviendas, supermercados y jardines infantiles, aunque no se han reportado víctimas fatales hasta el momento.
En el distrito de Sévero-Kurilsk, parte del archipiélago de las islas Kuriles, se ha procedido a la evacuación total de la población costera, mientras imágenes difundidas por medios rusos ya muestran la llegada de las primeras olas del tsunami.
Olas de hasta 3 metros en Japón
En Japón, las autoridades han advertido sobre olas de hasta 3 metros de altura en algunas costas. Los sistemas de alerta temprana han sido activados, y trenes de alta velocidad fueron suspendidos en las regiones más expuestas del noreste del archipiélago. Se han habilitado refugios de emergencia en varias prefecturas.
En Hawái y Alaska, los centros de emergencia se mantienen en alerta máxima. Las autoridades instan a la población a mantenerse informada y seguir las instrucciones de evacuación en zonas de riesgo.
Impacto global en tiempo real
Usuarios de redes sociales han compartido videos del sismo y sus efectos: alarmas de autos activadas, edificios vibrando violentamente, y productos cayendo de los estantes en tiendas. El pánico se apoderó de muchas familias que abandonaron sus casas en plena noche.
La magnitud del sismo fue estimada en 8,5 por el Servicio Geofísico de la Academia de Ciencias de Rusia, mientras se actualizan constantemente los datos con réplicas y variaciones en la magnitud reportada.
Por su fuerza, ubicación y potencial destructivo, este evento se perfila como uno de los más graves registrados en el cinturón de fuego del Pacífico en los últimos años.