Por Kinller E. Moquete, M.Sc.
El Padre: Más que un proveedor, un arquitecto de sueños
En República Dominicana, el Día del Padre no debería ser solo una fecha comercial. Invito a reflexionar y recordar a esos hombres que, sin aspavientos, levantan países desde la intimidad de sus hogares. El padre dominicano no necesita un título académico para ser maestro; no requiere uniforme para ser disciplinado; ni pide aplausos para dar hasta su último aliento por sus hijos.
¿Pero qué define a un buen padre? No es el saldo en su cuenta bancaria, ni el modelo de su carro. Es el agricultor que madruga bajo la lluvia para "mojar la tierra" antes de que sus hijos despierten. Es el motoconcho que esquiva el sol inclemente para pagar la escuela privada. Es el obrero que, con las manos agrietadas, revisa los cuadernos de sus hijos, aunque no entienda las ecuaciones. Es el hombre que prioriza el "ustedes primero" incluso cuando su cuerpo grita "descansa".
El padre dominicano lleva un sacrificio invisible. No tiene derecho a estar cansado. Mientras la sociedad celebra su rol de "proveedor", pocos ven las grietas detrás de la fachada, tales como:
- La salud postergada: ¿Cuántos padres ignoran un dolor de espalda, una gastritis o una presión alta por no "faltar al trabajo", que le garantiza la seguridad de su hogar?
- El matrimonio descuidado: En la lucha por garantizar lo material, muchos hogares se rompen por lo emocional. El estrés económico ahoga las conversaciones, y la pareja se convierte en compañera de facturas, no de sueños.
- El amor que no se dice, pero se actúa: Su lenguaje del amor con sus hijos y esposa es llevar el pan; descuida los abrazos; es pagar la universidad, no escribir poemas; es sembrarles valores; garantizar la seguridad física de sus hijos.
No obstante, hay padres que rompen estereotipos, por ejemplo:
- El padre deportista que entrena antes del amanecer, enseñando a sus hijos que la disciplina es el camino.
- El padre soltero que hace malabares entre el trabajo y los deberes escolares.
- El padre que, sin recursos, improvisa tutorías con un lápiz y un periódico viejo.
Estos hombres no piden monumentos, son anónimos. Su mayor orgullo es ver a sus hijos crecer con valores, educación y dignidad.
Este Día del Padre, invito a hijos, hijas y familias dominicanas en general a:
- Ver más allá del bolsillo: Reconocer el esfuerzo emocional y físico detrás de cada peso.
- Cuidar al que cuida: Animemos a los padres a chequear su salud, a hablar de sus miedos.
- Cuando haya conflictos o la relación de pareja “se enfría”, salvar el matrimonio en equipo: Si la presión económica los distancia, busquen ayuda. Comunidades como Emaús o terapias profesionales pueden ser un puente.
Padres: Sus hijos quizá no les digan hoy ‘gracias’, pero llevarán por siempre su ejemplo tallado en el alma. A las familias: Hoy toca mirarlos a los ojos y decirles: ‘Descansa, papá. Yo te sostengo esta vez’.
¡Feliz Día del Padre!🎉🇩🇴
Invitación al debate:
¿Cómo vive usted el rol de padre o el de hijo ante un padre sacrificado? ¿Qué historias de esfuerzo paterno admira en su comunidad? Únase a la conversación con #PadresDominicanosEnAcción en Instagram @PaginaUnoDo y @LaSeguridadSocialDo. También en Twitter/X: @PaginaUnoDo y @LaSeguridadSoc1.