En una decisión que ha causado inquietud en Kiev y expectación en las capitales europeas, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha suspendido parcialmente el envío de armamento a Ucrania, incluyendo municiones y misiles de alto valor estratégico como los PAC3, Hellfire, Stinger y GMLRS, esenciales para las operaciones defensivas contra Rusia.
La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, aseguró que la medida busca “anteponer los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos” y se enmarca dentro de una evaluación global sobre el apoyo militar internacional. “El poderío de nuestras fuerzas armadas sigue siendo incuestionable; solo hay que preguntarle a Irán”, agregó.
Preocupación en Kiev
En respuesta, el gobierno ucraniano convocó al encargado de negocios estadounidense en Kiev, John Ginkel, para expresar su inquietud. La Cancillería advirtió que cualquier “postergación en la asistencia militar” podría alentar a Rusia a intensificar su ofensiva, reduciendo las posibilidades de una salida pacífica al conflicto.
Un miembro del Comité de Defensa del Parlamento ucraniano calificó la medida como “claramente desagradable” y “dolorosa”, mientras que fuentes del gobierno, citadas por The Washington Post, reconocieron haber sido tomados por sorpresa.
Qué armas se han detenido y por qué importa
Según NBC News, la suspensión abarca:
- Misiles Patriot PAC3: únicos capaces de interceptar misiles balísticos rusos.
- Misiles guiados GMLRS: fundamentales para la operatividad de los lanzamisiles HIMARS.
- Misiles Hellfire, Stinger y municiones de obús de 155 mm.
- Equipos aire-aire AIM y lanzagranadas.
El impacto es significativo: expertos advierten que Ucrania podría enfrentar una escasez crítica de armamento a finales del verano, lo que obligaría a Europa a intervenir con suministros adicionales.
Parte del material suspendido proviene directamente de las reservas militares de EE.UU., cuya reposición está pendiente de contratos con la industria armamentista. Otra fracción corresponde a acuerdos bajo la Iniciativa de Asistencia para la Seguridad de Ucrania (USAI), mediante la cual el Pentágono encarga nuevas armas sin comprometer inventarios propios.
Repercusiones geopolíticas y estratégicas
El congelamiento de los envíos pone en duda la continuidad del respaldo militar total por parte de Washington a Kiev. Aunque no se trata de una retirada completa del apoyo, sí refleja una creciente preocupación sobre la capacidad logística de EE.UU. para sostener conflictos prolongados.
Analistas internacionales destacan que este tipo de medidas pueden modificar el equilibrio de poder sobre el terreno y enviar señales contradictorias a aliados y adversarios. La dependencia ucraniana del armamento occidental es crítica, y una disrupción como esta podría tener consecuencias tácticas inmediatas y estratégicas a largo plazo.