Este domingo se llevó a cabo en Rumanía la controvertida repetición de las elecciones presidenciales, anuladas previamente por irregularidades detectadas en noviembre de 2024. Según reportes de la autoridad electoral AEP, hasta las 15:20 hora local, aproximadamente un tercio de los casi 18 millones de ciudadanos habilitados para votar había acudido a las urnas, mostrando una participación 2 puntos porcentuales inferior en comparación con el proceso anulado.
Adicionalmente, alrededor de 700.000 ciudadanos rumanos residentes en el extranjero ejercieron su voto en sedes diplomáticas.
El candidato ultranacionalista George Simion, líder del partido AUR, votó temprano en las afueras de Bucarest, acompañado por Calin Georgescu, ganador de las elecciones previas anuladas. Según las encuestas, Simion podría obtener hasta un tercio del apoyo electoral, seguido por el oficialista Crin Antonescu y el independiente Nicusor Dan, actual alcalde de Bucarest.
Victor Ponta, exprimer ministro socialdemócrata y ahora candidato populista, también figura entre los principales competidores con posibilidades de pasar a la segunda ronda, prevista en dos semanas.
La Unión Europea y los aliados occidentales observan con atención estas elecciones debido a las implicaciones que tendría la elección de un presidente populista y eurocrítico, especialmente en medio de la tensión regional causada por el conflicto en Ucrania.
Se espera que los primeros resultados preliminares se conozcan pasada la medianoche del domingo.