En una entrevista citada por la revista Time, que nombró a Donald Trump como Persona del Año 2024, el presidente electo de Estados Unidos expresó su preocupación por la escalada del conflicto en Europa del Este debido a los recientes ataques ucranianos en territorio ruso
"No estoy de acuerdo con el envío de misiles a cientos de kilómetros dentro de Rusia. ¿Por qué lo hacemos? Sólo estamos intensificando esta guerra y empeorándola", declaró Trump. Además, criticó el uso de diferentes tipos de armamento estadounidense en estas incursiones, calificándolas como un error estratégico que podría agravar el conflicto.
El republicano manifestó su intención de emplear la asistencia militar como una "palanca" para negociar un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia. "Quiero llegar a un acuerdo. La única forma de llegar a un acuerdo es no abandonar a Ucrania, pero también presionar para que ambas partes se sienten a dialogar", explicó.
Planes de negociación
Un análisis de Reuters revela que el equipo de Trump está considerando tres posibles enfoques para alcanzar la paz en el conflicto ucraniano. Todas las opciones excluyen, al menos en el corto plazo, la adhesión de Ucrania a la OTAN, un tema que ha sido un punto crítico en las tensiones con Rusia.
Entre las estrategias, se contempla el uso de incentivos económicos y militares para ambas partes, así como la amenaza de suspender la ayuda militar a Ucrania si no accede a iniciar negociaciones directas con Moscú.
Un cambio de enfoque en política exterior
La postura de Trump contrasta significativamente con la política de la administración saliente de Joe Biden, que ha proporcionado un apoyo militar significativo a Ucrania, incluyendo misiles ATACMS utilizados en ataques recientes en Rusia.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, expresó su interés en discutir la membresía de Ucrania en la OTAN con Biden antes de que deje el cargo, afirmando que "no tiene sentido" abordar el tema con Trump, quien ha dejado claro su desconfianza hacia la alianza.
El enfoque de Trump hacia el conflicto ucraniano podría marcar un cambio importante en la política exterior estadounidense, con énfasis en la negociación y el uso de incentivos para reducir las tensiones en lugar de una escalada militar.