El regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. ha despertado expectativas, inquietudes y análisis a nivel mundial, especialmente en América Latina, donde su estilo impredecible y políticas de mano dura dejan huellas y posibles implicaciones en múltiples áreas. Desde el comercio hasta la migración, y las relaciones con países considerados "hostiles", la región enfrenta un escenario complejo y cambiante.
Proteccionismo y el impacto en México
Trump ha demostrado en el pasado ser un ferviente defensor de políticas proteccionistas. Durante su campaña, volvió a mencionar la posibilidad de imponer aranceles de hasta el 25 % a los productos mexicanos si la presidenta Claudia Sheinbaum no lograba frenar el flujo de migrantes y drogas hacia EE.UU. Aunque México busca mantener relaciones estables y conciliadoras, estas amenazas son un recordatorio de las tensiones que caracterizaron el periodo anterior del republicano.
Pese a la incertidumbre, el Gobierno de Sheinbaum ha logrado amarrar inversiones extranjeras que superan los 20.000 millones de dólares para 2025, proporcionando cierto margen de maniobra. El Tratado entre México, EE.UU. y Canadá (T-MEC) también sigue vigente hasta 2026, lo que podría mitigar los posibles efectos de las medidas proteccionistas de Trump en el corto plazo.
Crisis migratoria y fronteras cerradas
Trump ha prometido llevar a cabo la mayor deportación de migrantes en la historia de EE.UU., así como completar la construcción del muro fronterizo con México. Durante su primer mandato, la presión sobre México para contener la migración se tradujo en un enfoque militarizado y restrictivo que podría repetirse, con posibles impactos humanitarios y diplomáticos.
El efecto de este enfoque ya se siente en América Latina, donde países como Panamá, Perú y Chile han implementado políticas de expulsión de migrantes, asociando la movilidad humana con delitos y amenazas a la seguridad.
Relaciones con Cuba y Venezuela
Trump ha mantenido una postura de "cambio de régimen" hacia Cuba y Venezuela. Durante su gestión previa, incrementó las sanciones contra ambos países, y su regreso a la Casa Blanca podría significar la continuidad o incluso el endurecimiento de estas medidas. En Venezuela, la política de respaldo al gobierno "interino" de Juan Guaidó fracasó, pero las apetencias de Trump por el petróleo venezolano podrían reavivar las tensiones.
Mientras tanto, líderes como Nicolás Maduro han expresado su disposición al diálogo, y en la región hay señales de que no todos los países se alinearán con una agenda de presión contra gobiernos considerados hostiles por Washington.
Un panorama incierto
El retorno de Trump plantea desafíos y oportunidades para América Latina. El proteccionismo, las políticas migratorias y las relaciones con países "hostiles" son áreas que podrían experimentar cambios significativos, marcados por la imprevisibilidad del mandatario republicano y su enfoque de "Estados Unidos primero".