La directora del Servicio Secreto de EE.UU., Kimberly Cheatle, presentó su dimisión este martes, tras la ola de indignación generada por el atentado contra el expresidente Donald Trump a principios de este mes durante un mitin de campaña en Pensilvania.
La noticia de su renuncia fue inicialmente reportada por NBC News, citando fuentes internas, y posteriormente confirmada por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de EE.UU. Cheatle había admitido ante dicho comité que el intento de asesinato de Trump representaba "el mayor fallo operativo" del Servicio Secreto en décadas. "Como directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, asumo toda la responsabilidad por cualquier fallo de seguridad", declaró Cheatle.
Fallo Operativo Histórico
El presidente del Comité de Supervisión, James Comer, afirmó en un comunicado que la audiencia del lunes "resultó en la renuncia de la directora Cheatle y habrá más responsabilidades por venir". Comer destacó que el Servicio Secreto tiene una misión infalible, pero que "fracasó históricamente" bajo la dirección de Cheatle.
Durante la audiencia, Cheatle no logró infundir confianza en su capacidad para garantizar la seguridad necesaria. Las fallas de seguridad en el mitin de Butler, Pensilvania, no solo permitieron el intento de asesinato de Trump, sino que también resultaron en la muerte de una víctima inocente y heridas a otras personas en la multitud, recordó Comer.
Pasos hacia la Rendición de Cuentas
Comer calificó la renuncia de Cheatle como "un paso hacia la rendición de cuentas" y subrayó la necesidad de una revisión completa de cómo ocurrieron estas fallas de seguridad para prevenir futuros incidentes. "Continuaremos nuestra supervisión del Servicio Secreto en apoyo al grupo de trabajo de la Cámara de Representantes para brindar transparencia, responsabilidad y soluciones para garantizar que esto nunca vuelva a suceder", concluyó.