En medio de las amenazas del presidente de EE.UU., Joe Biden, de cortar la ayuda militar a Israel, el país hebreo sigue con sus operaciones en la ciudad palestina de Rafa, ubicada en el sur de la Franja de Gaza, donde habitan unas 1,4 millones de personas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) comunicaron que "prosiguen una precisa operación antiterrorista en zonas específicas del este de Rafa", mientras Reuters informa que los tanques de las FDI tomaron bajo su control la carretera principal que pasa entre la parte oriental y occidental de la ciudad gazatí, rodeando así el este de la localidad.
De acuerdo con residentes de la zona, allí se producen explosiones y tiroteos casi constantes, así como intensos combates del Ejército israelí contra militantes de Hamás y la Yihad Islámica.
Según imágenes de satélite obtenidas por CNN, Israel pasó de los ataques aéreos a las operaciones terrestres en la zona. El canal escribe que, en las imágenes, algunas zonas de Rafa muestran los signos de haber sido arrasadas por excavadoras y otra maquinaria pesada: huellas de vehículos y grandes franjas de tierra removida.
Mientras, el Gabinete de Guerra israelí aprobó la ampliación de las operaciones de su Ejército en Rafa y reafirmó el mandato de los negociadores para negociar la liberación de los rehenes, informaron medios locales.
"Un desastre humanitario épico"
La Franja de Gaza quedó completamente aislada de la ayuda humanitaria el 7 de mayo, cuando Israel tomó el control del paso fronterizo de Rafa y desplazó tropas hacia la ciudad, reporta Al Jazeera. Funcionarios de la ONU advirtieron que, con el agotamiento de los suministros de combustible y agua, los servicios de ayuda podrían verse obligados a cerrar totalmente en cuestión de días, lo que acabaría en una crisis aún mayor en el enclave palestino.
Por su parte, el doctor Saleh al Hams, director de enfermería del Hospital Europeo de Gaza, ubicado en el sur de Jan Yunis, detalló que los pocos hospitales que funcionan parcialmente en los alrededores de Rafa están completamente desbordados.
De acuerdo con la agencia palestina Wafa, la cifra de personas que han perdido la vida en Gaza desde el 7 de octubre es de más de 34.900, en su mayoría niños y mujeres.
La comunidad internacional no aprueba una operación terrestre de Israel en la zona. El presidente de EE.UU., Joe Biden, afirmó esta semana que Washington suspenderá los envíos de bombas y proyectiles de artillería a Israel en caso de que lleve a cabo una invasión a gran escala en Rafa.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) advirtió que "una ofensiva israelí en Rafa significa más sufrimiento y muertes de civiles", y que "las consecuencias serían devastadoras para 1,4 millones de personas".
A su vez, el secretario general de la ONU, António Guterres, alertó sobre que "un ataque terrestre masivo en Rafa provocaría un desastre humanitario épico". "La comunidad internacional debe hablar con una sola voz a favor de un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y un aumento masivo de la ayuda para salvar vidas", escribió en su cuenta de X. Pero Tel Aviv decidió seguir adelante incluso si esto implica un aislamiento internacional.