Santo Domingo, República Dominicana— La producción de la película "Asalto en Progreso", dirigida por Josell Hernández, ha sido un experimento social planificado tras un incidente reciente que sacudió a la comunidad de Santo Domingo. El hecho, que inicialmente fue interpretado como un robo real de una unidad móvil de El Nuevo Diario durante una transmisión en vivo, ha generado una variedad de reacciones entre el público y los profesionales de los medios.
La producción del film reveló que el supuesto asalto no fue más que una puesta en escena destinada a evaluar las reacciones del público ante un crimen transmitido en tiempo real. Esto emuló un evento similar ocurrido hace tres décadas, cuando el primer asalto a un banco dominicano fue transmitido en vivo. Hernández afirma que el objetivo de este experimento social era contrastar la significación pública de un ataque armado ante la observación atenta de una audiencia en vivo.
Durante la transmisión de El Nuevo Diario en la Tarde desde el sector de Cristo Rey, los talentos de El Nuevo Diario, incluyendo a Jaime Rincón, Aneudy Ramírez y Julio Samuel Sierra, no estaban al tanto del experimento. El director afirmó que el camión del periódico proporcionaba el escenario ideal para recrear una situación tensa y realista, similar a la que se vivió durante el asalto al Banco del Progreso el 1 de marzo de 1993, que dio lugar a la película.
El uso del miedo y la sorpresa como herramientas para producir contenido realista y provocar una reacción del público ha generado un amplio debate. Algunos valoran la audacia y el propósito de la producción de brindar una experiencia cinematográfica única y reflexiva, mientras que otros cuestionan la metodología por ser insensible y potencialmente traumática para las personas involucradas sin previo aviso.
En una rueda de prensa programada para este jueves, la producción de "Asalto en Progreso", en colaboración con La Aldea Estudio, promete revelar más detalles sobre este controvertido experimento social y la película en sí. Se espera que este evento revele las intenciones de los creadores y cómo este enfoque innovador podría afectar la percepción pública de los medios y la producción cinematográfica en la era digital.
En un mundo cada vez más dominado por la inmediatez de la información y la sed de contenido impactante, este incidente destaca la delgada línea entre la realidad y la ficción. El debate sobre los límites del arte, el entretenimiento y el periodismo sigue siendo más relevante que nunca a medida que la sociedad se enfrenta a estos desafíos éticos y morales.