Las autoridades del Gobierno argentino han implementado un robusto operativo de seguridad en los alrededores del Congreso, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, en anticipación a los debates cruciales sobre la controvertida 'ley ómnibus', propuesta por el presidente Javier Milei y que ha generado fuertes críticas.
El dispositivo de seguridad abarca la instalación de vallas metálicas, comúnmente utilizadas en enfrentamientos con manifestantes, y la movilización de un significativo contingente de uniformados de la Gendarmería Nacional Argentina, una fuerza militar con funciones policiales de seguridad interior.
Las vallas rodean completamente el Congreso, con los agentes de seguridad preparados para responder rápidamente a posibles protestas antigubernamentales, dado el rechazo que ha generado la polémica ley entre una parte considerable de la población.
En redes sociales, usuarios han compartido videos del inusual despliegue de seguridad, calificándolo como "insólito" y sugiriendo que la medida responde a la percepción de que el proyecto de ley está diseñado para "vender al país".
La zona también cuenta con la presencia de vehículos policiales y militares, incluyendo camiones blindados y vehículos equipados con lanza-agua antidisturbios. Los agentes, por su parte, están equipados con escudos y uniformes destinados a situaciones de represión en manifestaciones masivas.
Además del fuerte dispositivo en los alrededores del parlamento, las fuerzas de seguridad están llevando a cabo inspecciones en autobuses de pasajeros que transitan por las principales avenidas de Buenos Aires.
En esta jornada parlamentaria tensa, se espera que cientos de personas se movilicen en protesta contra el gobierno de Milei y las reformas propuestas.
Batalla en el Congreso
En el seno de la Cámara de Diputados de Argentina, se inicia el debate sobre la 'ley ómnibus', uno de los proyectos centrales del presidente Milei. Las discusiones surgen después de semanas marcadas por insultos, amenazas, postergaciones, acusaciones, el despido de un ministro, irregularidades en el dictamen oficialista y un clima político extremadamente tenso.
El Gobierno enfrenta esta jornada crucial sin la certeza de que la ley sea votada a favor, ya que cuenta con una bancada minoritaria de 38 curules de un total de 257. La oposición, dividida entre distintas posturas, augura un debate prolongado y de alta complejidad, con la incertidumbre de si la ley obtendrá los 128 votos necesarios para su aprobación.