La OMS la reconoció como epidemia mundial dado la importancia de sus repercusiones, hablamos de la obesidad, la cual no es una condición patológica simple ya que interviene en varias enfermedades como factor de riesgo y es el resultado de factores ambientales y genéticos. Es importante destacar que la actividad metabólica es un proceso modulado a través del sueño, pues existe una modificación del metabolismo cerebral; el consumo de glucosa cerebral es mayor durante la vigilia, mientras que alcanza su menor nivel en las etapas profundas del Sueño. La llamada deuda de sueño que es menos tiempo del fisiológicamente necesario es una causa de obesidad, pues un buen descanso nocturno, en cantidad y calidad, es una variable a menudo infravalorada con consecuencias en todo el organismo.
Para muchos de nosotros está clara la importancia que tienen en nuestra salud factores como la alimentación y actividad física, pero pocos valoráramos el sueño y al descanso. La privación del sueño tiene lugar cuando no se satisface la necesidad fisiológica de sueño, considerándose normal 6-8 horas ya por debajo de este tiempo se tiene un porcentaje de 40% posibilidad de padecer de obesidad y complicaciones afines.
La leptina es una hormona que se libera en el tejido adiposo y actúa sobre los receptores del hipotálamo del cerebro, inhibiendo el apetito y promoviendo la saciedad, limitando así la ingesta de comida. Por regla general, los niveles de leptina en circulación sanguínea son proporcionales a la cantidad de masa grasa. La grelina se libera en el estómago y en el páncreas, y su función es la estimulación del apetito. En cuanto a los niveles de grelina en circulación, van a variar a lo largo del día en función de las ingestas realizadas. Por lo que biológicamente la leptina se disminuye cuando hay privación del sueño, la grelina aumenta, por ende esto produce descenso en la saciedad e incremento del apetito, por eso las personas que sufren privación del sueño pueden tener cambios hormonales que les predisponen a comer más, aumentando así la ingesta calórica total diaria. Algunos investigadores establecen una relación entre la privación del sueño y la obesidad, las razones son: reducción de la actividad física realizada. Falta de sueño provocaría mayor cansancio y esta, a su vez, haría que disminuyese notablemente la realización de ejercicio físico, mermando el gasto calórico diario y facilitando la ganancia de peso. Una de las patologías más comunes que se relaciona con la obesidad y el riesgo de sufrir desórdenes del sueño es el síndrome de apnea obstructiva del sueño, caracterizado por episodios repetitivos de obstrucción total (apnea) o parcial de la vía aérea superior mientras la persona duerme.
Conclusión En resumen, descansar, establecer horas de sueño 6/8 horas, actividad física diaria. Pues existe bastante evidencia científica que nos señala la importancia que tiene descansar, tiempo adecuado. Existe abundante literatura médica sobre la relación entre privación en el sueño con una mayor probabilidad de sufrir obesidad, síndrome metabólico, diabetes, enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y mortalidad.