(SputnikNews).- La escalada entre Hamás e Israel es el foco central de la reunión entre el canciller ruso, Seguéi Lavrov, y el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, de visita en Moscú. El ministro ruso llamó a "prestar especial atención a las causas, por las cuales el problema palestino no logra encontrar su solución".
Los países de la Liga Árabe, insistió Aboul Gheit, rechazan la violencia en ambos bandos del conflicto palestino-israelí y exigen la creación de perspectivas políticas y una solución justa al conflicto.
Por su parte, el canciller ruso destacó que tuvo lugar "una escalada brusca sin precedentes en el enfrentamiento palestino-israelí, que otra vez confirmó que el actual status quo en la zona del conflicto es simplemente inviable".
Asimismo, subrayó que, respecto a la solución de la situación, "hay decisiones directas, claras, inequívocas del Consejo de Seguridad de la ONU", los acuerdos entre Israel y Palestina, así como la Iniciativa de Paz Árabe.
Lavrov opinó que Rusia, la Liga Árabe y todos sus miembros pueden y deben contribuir a resolver el problema.
La violencia contra civiles es "inaceptable"
Serguéi Lavrov y Ahmed Abdoul Gheit calificaron de inaceptable la violencia contra civiles en la Franja de Gaza.
Rusia y la Liga Árabe, continuó, llamaron casi simultáneamente a poner fin a todos los combates y a la violencia, así como a volver a la mesa de negociaciones.
"Condenamos la violencia en todas sus formas y manifestaciones e instamos a todos a pronunciarse a favor del cese de todas las hostilidades", comentó.
A su juicio, "el problema palestino no puede posponerse y hay que cumplir con las decisiones de la ONU".
Rusia cuestiona la postura de Occidente con respecto al conflicto entre Gaza e Israel
Asimismo, Serguéi Lavrov, destacó que la postura de los países occidentales ante la escalada del conflicto entre Israel y Gaza plantea interrogantes.
El diplomático ruso afirmó que Moscú espera que Occidente también se sume al llamamiento a cesar las hostilidades y apuntó que Estados Unidos "intenta monopolizar los esfuerzos de mediación y alejar el diálogo entre palestinos e israelíes de un acuerdo político" y "de la creación de un Estado palestino".
En la mañana del 7 de octubre, Hamás lanzó un ataque sin precedentes contra Israel desde la Franja de Gaza. El Ejército israelí informó de miles de cohetes disparados desde el enclave y la infiltración de decenas de palestinos armados en las zonas fronterizas del sur de Israel.
En respuesta al ataque sorpresa de Hamás, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron la operación Espadas de Hierro. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su primera declaración pública sobre el ataque palestino, dijo que el país "está en guerra". En las primeras cuatro oleadas de ataques aéreos, Israel lanzó unas 2.000 municiones y más de 1.000 toneladas de bombas sobre Gaza.
Según los últimos datos disponibles, la escalada de violencia ha causado al menos 800 muertos y más de 2.400 heridos en Israel, a los que se suman 493 y 2.751, respectivamente, en Gaza. Más de 100 personas, entre militares y civiles, han sido secuestradas durante el ataque y se encuentran cautivas en el enclave palestino.