Dr. Isaías Ramos
La respuesta de indiferencia del gobierno dominicano ante las recomendaciones dadas por el Banco Mundial en la implementación de una reforma tributaria y la eficiencia del gasto público, que podrían generar ahorros fiscales significativos para el Estado, denota la intención de este sistema plutocrático. Este se niega e impide gravar a sectores privilegiados como el turismo, la minería, el sector de manufactura en regímenes especiales, el sector financiero y los grandes empresarios. De esta manera, obstaculiza financiar la deuda social acumulada y los proyectos para el desarrollo productivo de la nación con sus ingresos. Por el contrario, estos sectores son beneficiados con una exención fiscal que supera los 320 mil millones de pesos anualmente. Parece que los que nos gobiernan no están dispuestos a abandonar a sus amos. Cualquiera que ose perjudicar esa política distributiva a favor de los rentistas del capital encontrará que dichos privilegios no se discuten; para eso, las autoridades no tendrán tiempo ni disposición. La plutocracia establecida les brinda una especie de impunidad frente a cualquier intento de reforma fiscal que afecte sus privilegios.
La verdad es que sí… Para la clase media y trabajadora del país, la reforma fiscal ya está planificada y aprobada con la Ley 32-23. Las normas tributarias en curso a implementar van a oprimir a la clase media hasta su destrucción. Si hubo tiempo y voluntad para esta partidocracia, fue para "estudiar su factibilidad" y aprobación. En un país donde los servicios públicos esenciales se encuentran resueltos, como la seguridad ciudadana, salud, educación, electricidad, agua potable, vivienda y seguridad social, entre otros, se justifica cualquier esfuerzo tributario. Pero en una sociedad que en pleno siglo 21 no tiene ninguno de sus servicios básicos y esenciales solucionados, y tampoco en planes de solventar, no justifica una presión tributaria que sobrepasa el 30%. Eso es opresión. Es simplemente crear las condiciones para destruir el emprendimiento, la micro, pequeña y mediana empresa.
La Dirección de Impuestos Internos se convertirá en una especie de policía política al servicio de esta plutocracia, cuyo fin es destruir esta clase media luchadora y trabajadora que no le rinde pleitesía y que representa un peligro para sus planes. La intención de estos seres maquiavélicos es utilizar mecanismos como el de la fábula del sapo y el agua hirviendo, que, de prosperar, podría dejar sin respuesta de empoderamiento al pueblo dominicano y terminar hundiéndolo, viviendo como en la fábula de Stalin y la gallina desplumada.
Este último gobierno se ha caracterizado por una política pura y dura a favor de esos intereses particulares, contrario a los intereses del pueblo, adquiriendo un enorme endeudamiento público, gastos corrientes exorbitantes y una bajísima inversión de capital, junto con una pésima institucionalidad, como es el préstamo de 25 mil millones al sector financiero del país, camuflándolo como un anticipo. Definitivamente, la intención parece ser llevar a la miseria a la clase media y entregar todas nuestras riquezas a las élites económicas y financieras, en un sistema político representado por hombres y mujeres que carecen de conciencia social, moral y patriótica.
La dolorosa verdad es que, durante más de dos décadas, el capital humano de nuestro país ha sido abandonado a su suerte. La falta de oportunidades para recibir una educación y capacitación de calidad ha dejado a generaciones de ciudadanos sin presente ni futuro, luchando por mantenerse a flote en una economía que cada vez los excluye más y a la vez favorece más a los ricos y poderosos.
En el Frente Cívico y Social, estamos en pleno acuerdo con las recomendaciones del Banco Mundial, que incluyen mejorar la calidad del capital humano, un sistema tributario progresivo acorde a nuestra constitución social y democrática de derecho, también fomentar mercados competitivos, modernizar la estrategia de innovación, reducir las ineficiencias del gasto público y fortalecer la resiliencia frente a eventos extremos, especialmente el cambio climático.
Estas recomendaciones son un camino claro hacia un futuro donde la democracia triunfa sobre la plutocracia. La clase media, el corazón de nuestra sociedad, no debe ser sacrificada en el altar de los intereses de una élite. Es hora de tomar una postura, de exigir un cambio y de luchar por un país donde reine el orden, la justicia y la igualdad de oportunidades. Juntos, podemos hacerlo. La voz del pueblo es fuerte, y en el FCS, estamos listos para escuchar y actuar. La dirección es clara, y el momento de actuar es ahora.