La República Dominicana y Canadá calmaron la tensión en sus relaciones diplomáticas con la adopción de un comunicado conjunto en el que expresaron su interés en colaborar para canalizar la ayuda para Haití, dejando fuera la posibilidad de instalar una oficina en suelo dominicano, como había pretendido la nación norteamericana.
Los dos estados decidieron "ampliar la coordinación en Haití, Canadá, República Dominicana y otros lugares a través de una mayor presencia diplomática en las embajadas canadienses en Puerto Príncipe y Santo Domingo".
Para ello, expresaron la intención de colaborar a través de una serie de acuerdos que impliquen la movilización de fondos y personal diplomático. Esos acuerdos serían definidos en el futuro.
En el documento se afirma que "Canadá y República Dominicana tienen sólidas relaciones bilaterales y son socios de larga data, incluso en asuntos de seguridad regional".
El comunicado, además, indica que los dos estados reconocen que restablecer la estabilidad en Haití reducirá la carga "desproporcionada" sobre República Dominicana, su único vecino terrestre, incluyendo las tensiones sociales y la presión presupuestaria que se generan en los servicios sociales dominicanos.
Las dos naciones se inclinaron por apoyar una solución a largo plazo, pero que ésta sea liderada por los propios haitianos. Reconocieron que ya se están llevando a cabo esfuerzos en Haití a través de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) y mediante la movilización de recursos adicionales por parte de Canadá y otros socios, incluida la reciente asignación adicional de US$100 millones por parte de Canadá.
En un comunicado de prensa publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano, se indica que los dos estados reconocieron que República Dominicana ha colaborado con las solicitudes de las autoridades haitianas para consolidar la seguridad en ese país, facilitar el acceso a bienes estratégicos, como el combustible, y apoyar la seguridad del personal diplomático internacional destacado en Haití.
Además, valoraron la cooperación en curso entre los gobiernos de la región y las autoridades haitianas, incluidos la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como los esfuerzos liderados por Estados Unidos, la Comunidad del Caribe (Caricom) y otras, con el objetivo de restablecer el Estado de derecho en Haití y aliviar la inseguridad alimentaria en el país.
Sin embargo, reconocieron que la magnitud de la crisis en Haití requiere una mayor cooperación internacional para el desarrollo, asistencia humanitaria y seguridad. Esto incluye fortalecer las capacidades mediante la provisión de equipos, asistencia técnica y entrenamiento.
El entendimiento entre los dos gobiernos se dio en el marco del 53 Período Ordinario de la Sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
OEA decide hoy
El canciller dominicano Roberto Álvarez participó ayer en una reunión ministerial del Grupo de Trabajo sobre Haití, en la que abordaron soluciones que incluyan asuntos humanitarios, seguridad y desarrollo para contribuir con la estabilización y recuperación de Haití.
En la plenaria general de este jueves, los estados miembros de la OEA decidirán una serie de medidas para el apoyo inmediato a Haití contenidas en un proyecto de resolución.
Álvarez planteará las posiciones del gobierno dominicano sobre temas de interés para la región de las Américas, como la situación de Haití.
RD defiende su política migratoria
La representante dominicana que participó ayer en el diálogo con la sociedad civil y con los observadores permanentes en la OEA aprovechó para defender la política migratoria del gobierno, basada, según dijo, en un control estricto del ingreso y permanencia de migrantes.
Anabelle Bueno, representante permanente alterna, afirmó que RD busca asegurar una política migratoria responsable, coherente y firme de ingreso al territorio nacional, con respeto a los derechos humanos; así como la expulsión de quien viole las leyes migratorias.
Indicó que los ejes principales de esta estrategia se articulan en torno a cuatro nudos centrales: la eficiencia en el estricto control de ingreso y permanencia en el territorio nacional, un marco de política migratoria integral y coherente, un marco de acción e intervención estatal apoyado en la salvaguarda de la soberanía nacional y el cabal y riguroso cumplimiento de las disposiciones de la ley de Migración, 285-04. A pesar del problema de inmigración masiva desde Haití, la diplomática quiso aclarar que el fortalecimiento de la relación bilateral entre ambos países es una de las prioridades del gobierno.