Las fuerzas ucranianas emprendieron el domingo un intento de ofensiva sin éxito en la República Popular de Donetsk (RPD) y la región de Zaporozhie, según ha comunicado el Ministerio de Defensa de Rusia.
En el marco de este intento, el Ejército ucraniano desplegó seis batallones mecanizados y dos de tanques de combate.
"Gracias a las acciones del grupo de fuerzas Este, ataques aéreos y el fuego de artillería en las zonas de Neskúchnoye en la RPD y Novodárovka en la región de Zaporozhie, el enemigo sufrió bajas sustantivas", reza el informe.
Asimismo, se detalla que, en las últimas 24 horas, en esta dirección fueron eliminados hasta 300 militares ucranianos, 16 tanques, 26 vehículos blindados y 14 vehículos.
"El enemigo no concretó sus objetivos", señala el Ministerio.
Vladímir Rógov, funcionario de la administración de la región de Zaporozhie, afirmó por su parte que los intentos de romper las líneas de defensa rusas continúan.
"El objetivo de las fuerzas ucranianas es alcanzar la costa del mar de Azov y cortar el corredor terrestre", explicó el funcionario a RIA Novosti, refiriéndose al territorio que vincula la península de Crimea con el resto de Rusia.
El Ejército de Rusia está repeliendo los ataques ucranianos, sostuvo Rógov, indicando que las fuerzas rusas han construido una defensa escalonada en la zona.
Kiev lleva mucho tiempo prometiendo lanzar una gran contraofensiva para Rusia. Sin embargo, en las últimas semanas funcionarios ucranianos han explicado los retrasos alegando que el país necesita más armas occidentales.
El presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, señaló el sábado que Kiev estaba lista para lanzar una contraofensiva y que los militares no podían esperar "durante meses". Sin embargo, el subjefe de su Oficina, Ígor Zhovkva, dijo el mismo día que su país aún no había recibido suficientes armas y municiones para montar un operativo exitoso.
Estados Unidos y sus aliados se han comprometido a apoyar a Ucrania tanto tiempo como sea necesario para infligir una derrota estratégica a Rusia. Moscú ha descrito las hostilidades como parte de una guerra 'proxy' contra Rusia liderada por Washington. Las autoridades rusas han afirmado reiteradamente que, al suministrar armas a Ucrania, los países occidentales no hacen más que prolongar el conflicto, pero que no podrán cambiar el resultado.