La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha comentado el reciente viaje del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a la capital ucraniana, indicando que el objetivo de esta visita no anunciada era "revivir las discusiones sobre la posible entrada de Ucrania en la OTAN". La vocera ha señalado que Kiev espera garantías de seguridad y una invitación política para unirse a la OTAN en la próxima cumbre de la Alianza, que tendrá lugar en julio en Vilna (Lituania).
Zajárova ha indicado que Stoltenberg ha estado animando al presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, al decirle que "’el lugar de Ucrania está en la familia euroatlántica, en la familia de la OTAN', como si todos los países miembros de la Alianza estuvieran de acuerdo con esto".
La vocera ha recordado que esta tesis no es nada nueva, al señalar que ya en la cumbre de la OTAN en Bucarest (Rumanía), en abril de 2008, se prometió a Ucrania y Georgia que "se convertirían en miembros de la Alianza".
"Hemos advertido repetidamente, e incluso antes del 2008, sobre el peligro y lo dañino que es arrastrar a Ucrania a la OTAN. No querían escucharnos. No querían aceptar nuestras numerosas iniciativas, propuestas que contribuirían a la formación de un sistema igualitario de seguridad europea", ha denunciado Zajárova. "Todo esto fue rechazado y las fuerzas prooccidentales consecutivamente han convertido a Ucrania en un proyecto antirruso", agregó.
Además, la vocera ha subrayado que "la OTAN se fija el objetivo de 'vencer' a Rusia en Ucrania y, para motivar a Kiev, le promete que después del final del conflicto, el país puede ser aceptado en la Alianza". Zajárova ha advertido que tales promesas son "poco perspicaces y francamente peligrosas". "Esto puede conducir al colapso final del sistema de seguridad europeo", ha concluido.