El escritor y ensayista británico de origen indio Salman Rushdie, autor de Los versos satánicos (1988) y condenado a muerte por el régimen islámico iraní en 1989 por blasfemo, ha sido atacado este viernes cuando iba a dar una conferencia sobre la libertad en la creación artística en el condado de Chautauqua, una localidad de cerca de 140.000 habitantes al oeste del Estado de Nueva York. Las primeras imágenes del suceso que han aparecido en redes sociales muestran a Rushdie en el suelo, siendo atendido por los asistentes y los servicios de emergencias. La policía ha anunciado en un comunicado que el escritor ha sufrido, aparentemente, un apuñalamiento en el cuello y que ha sido trasladado al hospital en helicóptero. Por el momento se ignora en qué estado se encuentra y la gravedad de las heridas. El agresor ha sido detenido.
Un reportero de la agencia Associated Press ha presenciado cómo un hombre irrumpía en el escenario de la Institución Chautauqua y comenzaba, según su descripción, “a golpear o apuñalar” a Rushdie durante la presentación del autor. El escritor ha caído al suelo y el hombre ha sido inmediatamente inmovilizado.
El autor, de 75 años, logró fama internacional con la novela Hijos de la medianoche, publicada en 1980, que le valió al año siguiente el Premio Booker, el más prestigioso del Reino Unido. El libro provocó controversia en la India por supuestos comentarios despectivos hacia la entonces primera ministra del país, Indira Gandhi.
De imaginación desbordante, Rushdie, epígono del gran R. K. Narayan, es la figura más célebre de la plétora de escritores indios contemporáneos que utilizan el inglés como lengua literaria (y que son legión, desde coetáneos suyos como los grandes Vikram Seth o Rohinton Mistry a los más jóvenes Anita Desai y Amit Chaudhuri, seguidos por la generación más reciente de la exitosa Arundhati Roy y Arun Desai). Su estilo ha sido comparado con el realismo mágico de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes. Él mismo ha reconocido en numerosas ocasiones sus importantes vínculos con la literatura latinoamericana, pero también bebe de la rica tradición oral india, que hunde sus raíces en las grandes epopeyas fundacionales. Su mezcla de realismo mágico y ficción histórica hace de sus novelas, más que una narración al uso, una cosmovisión, herencia cultural de la vasta cosmogonía del hinduismo. Sus textos combinan la sátira, la fantasía y la alegoría política. En la década de los ochenta se inició también como articulista y ensayista. Entre su obra de no ficción destaca el volumen de ensayos Los lenguajes de la verdad: ensayos 2003-2020, con varias referencias a la enfermedad y sus metáforas, en la línea de la ensayista estadounidense Susan Sontag.
Su último libro se titula Quijote, de 2020, una relectura de la obra de Cervantes que el autor adapta a la situación que vivía en ese momento Estados Unidos bajo el Gobierno de Donald Trump. Sobre esta obra, Rushdie declaró en una entrevista con EL PAÍS: “Cuando se celebró el cuarto centenario de las muertes de Cervantes y Shakespeare [2016], releí el Quijote y vi cómo surgían en mi cabeza pícaros a los que puse el nombre de los personajes inmortales de Cervantes. Para mí, esta novela es un poco lo que fue Hijos de la medianoche: una especie de compendio de todo lo que quiero ser y decir como artista”.
La efervescente personalidad de Rushdie, su fama internacional, le han convertido en uno de los personajes más célebres de los cenáculos artísticos, a un lado y otro del Atlántico. Sus peripecias personales, como su agitada vida sentimental -en 2007 se divorció de su cuarta esposa, una conocida modelo india-, han hecho las delicias de los medios, como integrante de esa aristocracia literaria en la que también militan el británico Martin Amis, otro escritor habitual de la prensa rosa, y, más discretamente, Julian Barnes.