Un tribunal de la ciudad española de Ceuta abrió un proceso separado en el caso del exconsejero de Sanidad municipal Javier Guerrero, quien habría planeado una paliza contra funcionarios que lo denunciaron por presunto abuso sexual de menores migrantes no acompañados, informa la prensa local.
Guerrero, médico de profesión y político, se encuentra en prisión provisional sin fianza desde mediados de enero acusado de agresiones sexuales. Durante las investigaciones, la Guardia Civil descubrió que el exconsejero tramaba un castigo para sus denunciantes. En la nueva diligencia se lo acusa de conspiración de delito de lesiones.
En las investigaciones que se venían haciendo de forma secreta desde hace meses, se colocaron cámaras y micrófonos en su automóvil, donde junto con un amigo mantuvo una conversación sobre la mejor manera de enviar "un recadito" a cuatro funcionarios del Servicio de Protección a la Infancia de Ceuta, a quienes el médico describió como "hijos de puta".
El plan de los acusados
Su amigo, un conductor de la Cruz Roja que ahora también es investigado por coacciones, presumía de contactos con grupos delictivos locales y le comentó contar con personas dispuestas a realizar un "encargo" a cambio de dinero. En otra conversación, el conductor insistió en la necesidad de dar un escarmiento a los denunciantes y propuso recopilar información sobre sus datos, rutas y rutinas.
Cuando la Policía constató que dichos planes se iban concretando de forma meticulosa, alertó a una de las potenciales víctimas, instándole a que cambiara su rutina y evitara caminar solo por la calle. Mientras que, a otro de los objetivos, individuos desconocidos le destrozaron parcialmente su coche.
Guerrero dimitió como consejero de Sanidad en enero de 2021 tras conocerse que se había saltado los protocolos de vacunación contra el covid-19. El médico era miembro del Partido Popular (PP), pero se desvinculó y en 2022 fundó su propio movimiento, Ceuta Avanza. El procesado alega que las denuncias tienen como objetivo arruinar su carrera política, en el marco de una conspiración supuestamente montada por el PP y el PSOE, que estarían asustados ante el avance de su partido.