Internacionales.- Dina Boluarte se convertirá en la primera mujer presidenta en la historia de Perú, luego de que la destitución de Pedro Castillo la deje como su sucesora. Boluarte, expulsada del partido Perú Libre por diferencias políticas, había mostrado matices con Castillo en los últimos meses y rechazó su intento de disolver el Congreso.
Inmediatamente después de votar la destitución de Pedro Castillo, el Congreso de Perú reconoció a Dina Boluarte, actual vicepresidenta, como la nueva presidenta. Su ascenso al poder la convierte en la primera mujer en ocupar el cargo en la historia del país suramericano, hasta ahora gobernado exclusivamente por hombres.
"Juro por Dios, por la Patria, y por todos los peruanos, que ejerceré fielmente el cargo de presidenta de la República, que asumo de acuerdo a la Constitución política del Perú", afirmó Boluarte al asumir la máxima jefatura del país este 7 de diciembre.
La flamante presidenta juramentó al cargo en la sede del Legislativo y ante la presencia de los parlamentarios, y luego dirigió un breve discurso al país, transmitido por una cadena nacional.
"Solicito una tregua política para instalar un Gobierno de unidad nacional, esta responsabilidad debe ser asumida por todos y por todas. Solicito un plazo para rescatar a nuestro país de la corrupción. Mi primera medida será enfrentar a la corrupción en todas sus escabrosas dimensiones", dijo la mandataria.
Luego del discurso, Boluarte se retiró del Congreso con rumbo al Palacio de Gobierno, sede del Ejecutivo.
De acuerdo a la normativa peruana, Boluarte deberá completar el período de Gobierno para el que fue electo Castillo, cuyo final está previsto para el año 2026 y no está obligada a convocar elecciones anticipadas.
Boluarte deberá designar un nuevo Gabinete, luego de que la decisión de Castillo de disolver el Congreso provocara la renuncia masiva de ministros y otros funcionarios de jerarquía.
Antes de la destitución de Castillo, Boluarte había expresado por Twitter su rechazo a la disolución del Congreso, a la que calificó como un intento de "perpetrar el quiebre del orden constitucional".
Boluarte siempre se había mantenido cautelosa ante la infinidad de denuncias contra Castillo, reiterando su rechazo a un "manoseo político" contra el entonces mandatario. De hecho, fue enfática al reiterar que, en el seno del Congreso, existía un "plan" para destituir a Castillo y asegurar que ese plan incluía también quitarla a ella de su cargo.
No fueron las únicas discrepancias. También mantuvo diferencias con dirigentes de Perú Libre, principalmente con su líder, Vladímir Cerrón, que le significaron ser expulsada del partido. La situación la igualó al propio presidente Castillo, que no fue expulsado, pero renunció a la formación política que lo llevó a la Presidencia.
Lejos de amedrentarse, Boluarte se ha mostrado dispuesta a asumir el cargo de presidenta de Perú en caso de una destitución de Castillo.
"Nos han elegido para ser autoridades de Gobierno por cinco años y eso en democracia se respeta", afirmó a mediados de 2022 ante periodistas extranjeros.
Sin embargo, a finales de 2021 aseguró que abandonaría su cargo en caso de que Castillo fuera apartado.
Días antes de la destitución, medios peruanos especulaban con que la relación entre Boluarte y Castillo puede haberse vuelto más distante, a partir de algunos indicios políticos. En octubre, la vicepresidenta fue la única figura de primer nivel del Gobierno ausente durante un mensaje que Castillo transmitió a los peruanos. De todas maneras, Boluarte dijo "adherirse" al mensaje a través de una publicación de Twitter.
Lo más significativo, quizás, fue el hecho de que Boluarte no firmara el acta del Consejo de Ministros en que el Gobierno aseguraba que la negativa del Congreso a considerar una moción de confianza al Gabinete de Aníbal Torres constituía un rechazo y, por tanto, la "crisis total del gabinete". Que Boluarte no se plegara a esta interpretación incluye un matiz en la estrategia de Castillo en el enfrentamiento político actual con el Congreso.
En línea con esa postura, Boluarte rechazó formar parte del nuevo gabinete conformado tras la salida de Torres, y encabezado esta vez por Betssy Chávez.
La Vicepresidencia, su primer cargo político
Boluarte, de 60 años, nació en la ciudad de Chalhuanca, en el departamento de Apurímac, en el sur del país. Abogada de profesión, fue funcionaria del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), institución de la que llegó a ser jefa entre 2007 y 2021, cuando abandonó el cargo para asumir su puesto en el Gobierno. Además, es presidenta del Club Departamental Apurimac – Lima, una institución dedicada a la organización de eventos sociales.
Tuvo su primer desafío político en 2018, cuando se postuló a la alcaldía de Surquillo, uno de los distritos de la provincia de Lima. Lo hizo en representación de Perú Libertario, el partido político que más tarde cambiaría su nombre a Perú Libre y sustentaría la candidatura de Pedro Castillo en 2021. Sin embargo, estuvo lejos de resultar electa, obteniendo únicamente el 2,8% de los votos.
Volvió a intentar obtener un cargo electivo en 2020, cuando la disolución del Congreso posibilitó la celebración de nuevas elecciones legislativas. Tampoco fue una buena elección para Perú Libre que, ya con su denominación actual, no consiguió obtener escaños en el legislativo.
La oportunidad llegaría en las elecciones generales de 2021, cuando Boluarte fue una de las elegidas por Perú Libre para integrar la plancha presidencial encabezada por Pedro Castillo. Por entonces el nombre de Boularte todavía era casi desconocido para los peruanos y fue parte de la sorpresa que significó la victoria de Perú Libre y Castillo en la segunda vuelta.
Desde el comienzo del Gobierno de Castillo, Boluarte se desempeñó como ministra de Desarrollo e Inclusión Social, desde donde impulsó varios planes de atención a la primera infancia, población rural y otros sectores vulnerables. Además, ha defendido los derechos de las mujeres y abogado por el combate a la violencia de género.
En sintonía con las peripecias sufridas por Castillo, Boluarte también recibió embates desde la oposición. Legisladores de grupos opositores presentaron acusaciones constitucionales contra ella por, presuntamente, haber favorecido al Club Departamental Apurimac – Lima desde su cargo de ministra de Desarrollo e Inclusión Social y por no haber incluido a su cuñado en su declaración jurada de intereses, a pesar de que mantiene contratos con el Estado. Ambas acusaciones todavía están a estudios de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Congreso.