Un cambio estratégico en la política china
El gigante asiático pretende revertir una política estadounidense que ha limitado las inversiones chinas durante los últimos 10 años, y busca convencer al presidente Donald Trump de modificarla.
De acuerdo con fuentes citadas por Bloomberg, los negociadores chinos también solicitaron que Washington deje de apoyar políticamente a Taiwán, integrando esta exigencia en un paquete más amplio de propuestas comerciales y diplomáticas.
El objetivo de Pekín es acceder al mayor mercado de consumo del mundo y aliviar los problemas internos de sus empresas, afectadas por la débil demanda doméstica y las sanciones tecnológicas impuestas por EE.UU.
La propuesta: inversiones por un billón de dólares
En compensación por la flexibilización de las restricciones, China ofrece inyectar alrededor de un billón de dólares en diversos sectores de la economía estadounidense.
Estas inversiones podrían abarcar infraestructura, manufactura y energía, marcando un cambio en la dinámica de la guerra comercial y en las relaciones bilaterales entre ambas potencias.
Sin embargo, varios políticos estadounidenses advirtieron que una apertura excesiva podría representar riesgos estratégicos.
“Durante décadas, China ha utilizado su mercado y sus empresas como arma contra nosotros. No podemos permitir que tengan un mayor acceso a nuestra economía”, declaró el congresista John Moolenaar, presidente del Comité de la Cámara de Representantes sobre China.
Inversiones chinas en mínimos históricos
En la primera mitad de 2025, las inversiones chinas en EE.UU. alcanzaron solo 2,100 millones de dólares, su nivel más bajo en una década.
En contraste, el pico histórico se registró en 2016, cuando las inversiones superaron los 57,000 millones de dólares.
La nueva propuesta busca revertir esa tendencia y reactivar los flujos financieros entre ambos países, en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.