Una nueva ola de violencia sacude el conflicto entre Rusia y Ucrania en un momento en que avanzan los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un acuerdo de paz. Según Moscú, durante la última semana Kiev lanzó ataques contra infraestructuras críticas, objetivos civiles y proyectos energéticos en suelo ruso, lo que complica las negociaciones mediadas por Estados Unidos.
El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) reportó que frustró un intento de ataque con dron contra la central nuclear de Smolensk, mientras que en Kursk un dron impactó en un transformador de la planta, causando un incendio aunque sin alterar los niveles de radiación. Autoridades locales denunciaron que este tipo de operaciones ponen en riesgo la seguridad internacional.
En el frente energético, Ucrania atacó en dos ocasiones el oleoducto Druzhba, que suministra petróleo a Hungría y Eslovaquia, interrumpiendo el flujo y generando alarma en Europa. El ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, calificó la acción como “indignante e inaceptable”, mientras que el presidente estadounidense Donald Trump expresó estar “muy enojado” por los ataques que afectan la seguridad del continente.
Además, el FSB informó que desactivó un plan para detonar un coche bomba en el puente de Crimea, denunciando que Ucrania buscaba utilizar a un transportista como suicida involuntario. En paralelo, fuerzas rusas aseguraron haber destruido una embarcación ucraniana en el mar Negro que se dirigía a Crimea para ejecutar una operación de sabotaje.
En el plano interno, Moscú acusó a Kiev de bombardear zonas residenciales en Donetsk y Yenákievo, dejando víctimas civiles. Fragmentos de armamento supuestamente de la OTAN fueron hallados en las áreas atacadas.
Mientras tanto, declaraciones de funcionarios ucranianos alimentaron la tensión. El embajador en Polonia, Vasili Bodnar, afirmó que Ucrania es “un valor añadido para la OTAN” porque “sabe matar rusos”, y asesores de Zelenski llamaron a ampliar la escala de la guerra en territorio ruso.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia advirtió que estas acciones demuestran que Kiev no busca un acuerdo de paz “sostenible y duradero”. En palabras del Kremlin, las operaciones y declaraciones de funcionarios ucranianos confirman que el país “está decidido a escalar el conflicto en lugar de resolverlo”.