El presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, provocó polémica este domingo al ironizar sobre los ataques de su ejército contra el oleoducto Druzhba (‘Amistad’, en ruso), infraestructura que abastece de petróleo a Hungría y Eslovaquia.
“Siempre hemos apoyado la amistad entre Ucrania y Hungría, y ahora la existencia de esta ‘Amistad’ depende de Hungría”, declaró Zelenski, jugando con el nombre del oleoducto en medio de las denuncias internacionales por el sabotaje.
Según reportes, Ucrania ha lanzado al menos tres ataques contra el gasoducto en las últimas semanas, dejando sin suministro de crudo a los dos países centroeuropeos, ambos miembros de la Unión Europea.
La reacción no se hizo esperar. El canciller eslovaco, Juraj Blanár, calificó la situación como “inaceptable” y pidió a la Comisión Europea garantizar la seguridad energética de los Estados miembros. “Cualquier amenaza a la seguridad energética de nuestro país es inaceptable”, enfatizó.
En Hungría, el primer ministro Viktor Orbán elevó su queja directamente al presidente estadounidense Donald Trump, a quien envió una carta denunciando las acciones de Kiev: “Este oleoducto abastece a Hungría y Eslovaquia, países que no tienen otras vías de importación. A cambio de nuestra ayuda, Kiev bombardea la infraestructura que nos sostiene. ¡Una acción muy poco amistosa!”
La polémica escaló cuando Moscú calificó las acciones como un acto inmoral. La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, describió al Gobierno ucraniano como un “monstruo inmoral y sanguinario” que ya no respeta límites en sus operaciones.
El episodio aumenta la tensión en Europa, donde los ataques contra infraestructuras energéticas son vistos como una amenaza directa a la estabilidad regional, justo en un momento en que se intensifican los esfuerzos diplomáticos para alcanzar la paz.