El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue colocado bajo arresto domiciliario por orden del juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), tras determinarse que incumplió las medidas cautelares impuestas en julio de este año.
La nueva disposición judicial prohíbe al exmandatario utilizar teléfonos móviles, recibir visitas —excepto de sus abogados— y salir de su residencia sin autorización expresa del tribunal. Además, Bolsonaro deberá llevar una tobillera electrónica de monitoreo constante, según informó el medio brasileño G1.
Como parte del cumplimiento de la medida, la Policía Federal incautó uno de sus celulares y confiscó otros dispositivos electrónicos encontrados en su domicilio.
Las restricciones responden a una investigación en curso relacionada con la presunta obstrucción de la justicia y el uso indebido de información confidencial. La decisión del STF marca un nuevo capítulo en los procesos judiciales que enfrenta el exjefe de Estado.