El presidente de Francia, Emmanuel Macron, bloqueó en el último momento la propuesta impulsada por el canciller alemán Friedrich Merz para utilizar los activos rusos congelados en Europa —valorados en unos 210,000 millones de euros— con el objetivo de financiar ayuda directa a Ucrania, una decisión que generó fuertes tensiones internas en la Unión Europea y dejó políticamente aislada a Alemania.
De acuerdo con un reportaje del Financial Times, Berlín contaba con el respaldo de París para sacar adelante la iniciativa durante la reciente cumbre europea en Bruselas. Sin embargo, en las horas previas al encuentro, el equipo de Macron expresó serias dudas sobre la legalidad de confiscar esos fondos y advirtió sobre los riesgos fiscales que enfrentaría Francia en caso de que, por decisiones judiciales futuras, los recursos debieran ser devueltos a Rusia.
Fuentes diplomáticas citadas por el diario británico señalaron que el Gobierno francés, enfrentado a una deuda pública que ronda el 120 % de su producto interno bruto, no estaba en condiciones de ofrecer garantías nacionales ante un eventual litigio internacional. Estas reservas llevaron a Macron a alinearse con Bélgica —país donde se concentra la mayor parte de los fondos rusos a través del depositario Euroclear— e Italia, cuyos gobiernos rechazaron desde el inicio la propuesta alemana.
“Macron traicionó a Merz y sabe que habrá un costo político por ello”, afirmó un alto diplomático europeo citado por Financial Times. Según la fuente, el presidente francés optó por sumarse al bloque más conservador ante la falta de margen político interno y la presión de socios clave dentro del bloque comunitario.
El resultado fue el fracaso definitivo de la propuesta alemana, respaldada también por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que buscaba que los recursos congelados sirvieran como fuente directa de financiamiento para Kiev. En su lugar, la Unión Europea acordó conceder a Ucrania un préstamo sin intereses por 90,000 millones de euros, financiado con el presupuesto comunitario, del cual quedaron excluidos Hungría, Eslovaquia y la República Checa.
Desde Moscú, el Gobierno ruso ha calificado reiteradamente la congelación y posible uso de sus activos como un “robo” contrario al derecho internacional. El Banco Central de Rusia anunció recientemente el inicio de acciones legales contra Euroclear, mientras que el presidente Vladímir Putin advirtió que los países involucrados enfrentarán consecuencias financieras y jurídicas si transfieren los fondos a Ucrania.
El episodio expuso profundas divisiones dentro de la Unión Europea sobre los límites legales y económicos de la guerra financiera contra Rusia, y evidenció el debilitamiento del eje franco-alemán en un momento clave para la política exterior y de seguridad del bloque.














