Tras la dimisión del primer ministro Khadga Prasad Sharma Oli, en medio de una ola de protestas ciudadanas, la política de Nepal ha dado un giro insólito: más de 100.000 personas se han trasladado a Discord, la plataforma de chat asociada a comunidades de videojuegos, para deliberar sobre el futuro del país.
Según The New York Times, el canal está organizado por la entidad cívica Hami Nepal, epicentro de las manifestaciones lideradas por la Generación Z. Allí, las discusiones se desarrollan mediante voz, video y texto, y son transmitidas en vivo, atrayendo la atención de los medios nacionales.
La magnitud del fenómeno llevó incluso a los jefes del Ejército a reunirse con los administradores del canal para solicitarles que propongan un candidato a primer ministro interino. Tras varias encuestas internas y amplios debates, el consenso se inclinó por Sushila Karki, expresidenta del Tribunal Supremo. El jueves, Karki se reunió en persona con el presidente nepalí, Ram Chandra Poudel, y con el jefe del Ejército, general Ashok Raj Sigdel.
“Se podría decir que el servidor de Discord está negociando con el Ejército”, comentó Shaswot Lamichhane, moderador de la comunidad.
En apenas cuatro días, el servidor superó los 145.000 miembros, lo que convirtió a esta experiencia en una especie de “minielección digital”. Sin embargo, los propios usuarios reconocen las limitaciones del proceso: “A veces parecía una llamada improvisada en redes sociales”, dijo el joven Samdip Yadav, que participó en los debates.
El experimento de democracia digital en Nepal abre un nuevo capítulo en la intersección entre política y plataformas sociales, aunque no está exento de retos sobre representación, legitimidad y organización.