El expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica, de 89 años, confirmó que el cáncer de esófago diagnosticado en abril de 2024 se ha expandido a su hígado, haciendo imposible cualquier tratamiento. Desde su chacra en Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo, Mujica anunció su decisión de no someterse a más intervenciones médicas y aceptó con serenidad el fin de su ciclo.
Aceptación y despedida
“El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta”, declaró Mujica en una entrevista con el semanario Búsqueda.
El expresidente también pidió que no se le haga sufrir innecesariamente. “Que me pichicateen [administren fármacos] y cuando me toque morir, me muero. Así de simple como te lo digo”, agregó con franqueza. “Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué”, concluyó.
En un mensaje dirigido a su pueblo, Mujica destacó la importancia del respeto mutuo como base de la democracia. “Quiero despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener respeto para los que piensan parecido, pero el fundamento de la democracia es respetar a quienes piensan distinto”, expresó con emoción.
Agradecimiento a la vida
A pesar de su situación, Mujica se mostró agradecido con la vida. “El principal premio es que estoy a cuatro meses de cumplir 90 años. Mirá la vida que he tenido. Es un desastre”, dijo con humor y reflexionó sobre la importancia de enfocarse en la felicidad y no en la acumulación de riquezas.
Lucía y su legado
Mujica también reconoció el papel fundamental de su esposa, Lucía Topolansky, en su vida. “Lucía es un ser superior y estoy acá todavía gracias a ella”, declaró emocionado. La propiedad donde vive, que pertenece a Topolansky, quedará al Movimiento de Participación Popular (MPP), como parte de su legado.
En cuanto a su futura partida, Mujica compartió sus planes. “Yo me voy a morir acá. Ahí afuera hay un sequoia grandote [un árbol que él plantó]. Está Manuela [su perra] enterrada ahí. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está”.
Reflexiones sobre el futuro
Mujica insistió en la necesidad de renovación en la política. “Mi barra tiene que entender que el tiempo es inexorable y hay un momento en el que hay que abrir la puerta a otras generaciones. Mi preocupación es que tengan una actitud de renovación permanente, porque lo que viene es muy distinto a lo que hubo”, subrayó.
Con su característica sencillez y profundidad, José Mujica deja un mensaje de gratitud, reflexión y renovación para su país y el mundo.