Dr. Isaías Ramos
Nuestro país en las últimas dos décadas y medias ha sido víctima de malos gobiernos que han ido dejando un manto de tinieblas que va arropando de manera imperceptible a la población que comienza a sentir hastío, opresión, incertidumbre y una desesperanza preocupante, producto de una clase política que se ha encargado de ejecutar una agenda foránea que va contra los intereses del pueblo dominicano.
El desmantelamiento del Estado continúa a pasos agigantados; el neoliberalismo salvaje se ha convertido en un monstruo implacable que va destruyendo toda posibilidad de prosperidad para su población , unido a una agenda globalista perversa sin frontera, sin cultura y sin identidad donde todo se compra y se vende sin principios y sin valores morales.
Ese neoliberalismo salvaje que cada día se instaura con más ímpetu, sin miedo y sin respecto hacia su población debilitada y con poca capacidad social para dar repuesta a tanta traición y desafuero; ha traspasado todos los límites imaginables y pareciera que carecemos del eje vertebral que sostiene una Nación, su constitución, donde todos los derechos consignados han sido pisoteados y sustituidos por la ley de la oferta y la demanda, sin mirar las consecuencias de miseria que le producen a las clases sociales más desvalidas y gran opresión a la mayoría de su población.
La ceguera ética que sufre esta partidocracia amenaza la sobrevivencia del pueblo dominicano. No están a la altura que demanda los tiempos sino todo lo contrario, pues cuentan con grandes conocimientos pero carecen de sabiduría, convirtiéndose en “líderes” muy peligrosos pues el conocimiento sin sabiduría es destructivo.
Es esta la razón fundamental que en vez construir un Estado acorde a su constitución lo entregaron al mercado de sálvese quien pueda. En vez de brindar seguridad ciudadana pervirtieron a la sociedad, recordemos el aberrante programa eventual mínimo de empleo (PEME) donde era preferible “pagar, para no matar” en vez de educar y capacitar.
Tampoco le ha interesado la salud del pueblo que pasa un calvario en cualquier condición de enfermedad, las infraestructuras esenciales ni siquiera está en sus planes, mucho menos las facilidades para que el pequeño y mediano productor se desarrolle sino, todo lo contrario una burocracia muchas veces asociadas a la corrupción, protegida bajo el manto de la impunidad y un sistema financiero que incentiva en consumo en vez de transferir los ahorros a un uso efectivo de producción y creación de riqueza.
En el Frente Cívico Y Social entendemos que un pueblo que no esté dispuesto a empoderarse y sacrificar tiempo y recursos por su patria y su libertad está condenado a llorar lágrimas de sangre, hundido en la miseria, el hambre y la exclavitud. Si aún lo perciben miremos hacia nuestras fronteras oeste y sur, son ejemplos de naciones que no estuvieron a la altura que demandaba la patria en su momento.
Por último, este es un pueblo que ha sabido salir de abajo en los momentos más oscuros de su historia, aún tenemos todas las condiciones para darle una repuesta digna a los que pretenden hundirnos en el lago de estiércol. Este es un país inmensamente rico con hombres y mujeres valiosos que vale la pena luchar por el, para lograr un futuro lleno de paz, desarrollo, bienestar y justicia para todos sus hijos.
Despierta RD!