A pesar de no tener a su selección en los campos de juego cataríes, la bandera palestina se ha convertido en un verdadero símbolo de la Copa del Mundo de 2022, organizada por primera vez en un país árabe.
En efecto, el público local ha demostrado que la causa palestina está presente en el corazón del mundo árabe, que apoya la reivindicación del pueblo palestino por la soberanía en su territorio desde la partición de la Palestina histórica en dos Estados por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1947 y la formación del Estado de Israel en 1948 tras la llamada Guerra árabe-israelí o la Nakba (catástrofe).
El respaldo se sintió de forma masiva por parte de los espectadores cataríes y de otras selecciones árabes como Marruecos o Túnez, así como de simpatizantes de otras nacionalidades que también se solidarizaron con el pueblo palestino.
Además, la exhibición de banderas de Palestina no fue sancionada en los estadios cataríes, algo que sí suele suceder en los espectáculos organizados en Europa por la UEFA (Unión de Asociaciones de Fútbol Europeo), que ha multado a clubes en cuyos estadios se han mostrado símbolos palestinos.
Así, la bandera roja, blanca, verde y negra ha sido vista en las gradas de cada estadio de la Copa del Mundo y en las calles de Doha, capital de Catar, como símbolo de solidaridad con los palestinos, aún cuando no disputan el torneo mundialista.
De hecho, existe una relación entre la selección de fútbol palestina —no reconocida por la FIFA hasta 1998— y Catar, ya que los palestinos debieron disputar algunos de sus partidos oficiales en tierras cataríes antes de 2008, cuando por primera vez pudo jugar en un estadio de Jerusalén.
Los planteles árabes presentes en el Mundial de Catar 2022 también han hecho suya la consigna palestina. Así se vio en el juego en que Túnez derrotó por 1-0 a la poderosa Francia, cuando futbolistas y espectadores tunecinos —y hasta un intruso que saltó al campo de juego— desplegaron banderas palestinas.
La sorpresiva y exitosa participación de Marruecos, encumbrado entre los mejores ocho equipos del torneo, ha sido también una excelente plataforma para poner en alto las banderas de la causa palestina.
La victoria de los marroquíes sobre España fue el punto más alto del sentimiento de solidaridad de los árabes con la causa palestina, ya que aficionados y jugadores marroquíes no escatimaron en las demostraciones de afecto.