LA BANDERA NACIONAL: UN EMBLEMA DE IDENTIDAD Y ORGULLO DOMINICANO
Santo Domingo, RD. – En el marco de las celebraciones del Mes de la Patria, autoridades, estudiantes y ciudadanos se congregan para rendir homenaje al lienzo tricolor, símbolo inquebrantable de la soberanía y la identidad dominicana. La bandera, junto con el escudo y el himno nacional, ha sido consagrada por la Constitución de la República Dominicana en su artículo 30, y continúa siendo el reflejo de los valores y la historia de la nación.
Orígenes y Diseño Patriótico
El tricolor dominicano, compuesto por los colores azul ultramar y rojo bermellón dispuestos en cuarteles alternados y separados por una cruz blanca, fue adoptado el 27 de febrero de 1844, día de la Independencia nacional. Su diseño, atribuido al ilustre padre de la patria Juan Pablo Duarte y Diez, se fundamenta en el histórico juramento trinitario del 16 de julio de 1838, en el que se proclamaron los ideales de “Dios, Patria y Libertad”. Además, reconocidas figuras femeninas —María Trinidad Sánchez, María de Jesús Pina, Isabel Sosa y Concepción Bona— jugaron un papel crucial en la confección de este símbolo, cimentando el legado patriótico con su dedicación y valentía.
Marco Legal y Uso Protocolar
La utilización de la bandera está rigurosamente normada por la ley número 210-19, que establece las dimensiones, el horario de enarbolado, las fechas especiales y el protocolo a seguir en eventos oficiales. Esta normativa también impone responsabilidades civiles y penales ante cualquier acto que vulnere el respeto a este emblema nacional. Durante las ceremonias, la bandera siempre ocupa el lugar de mayor relevancia, siendo acompañada por otras insignias institucionales en estricto cumplimiento del protocolo patriótico.
Voces que Resuenan en la Historia
Expertos en simbología patrio, como el historiador Ramiro Matos González, destacan que uno de los primeros documentos que hace referencia a este pabellón fue una carta fechada el 6 de marzo de 1844, enviada por el Cónsul de Francia en Santo Domingo al ministro Guizot. Por su parte, el Dr. Wilson Gómez, presidente del Instituto Duartiano, reafirma que la génesis del diseño tricolor se remonta a los inicios de la sociedad patriótica La Trinitaria, fundada por Juan Pablo Duarte.
Durante recientes actos protocolarios, el presidente de la República, Luis Abinader, enfatizó:
“Este acto es simbólico, pero tiene mucho poder, y por eso se conmemora cada año para recordar el valor de la bandera como símbolo nacional. Es un recordatorio permanente de nuestro amor y compromiso por la patria.”
Un Legado que Inspira
La emotividad se palpó no solo en el escenario oficial del Palacio Nacional, sino también en escuelas, alcaldías y diversas instituciones del país, donde se realizaron homenajes que integraron rituales sencillos y cargados de significado. En palabras del presidente de Efemérides Patrias, Juan Pablo Uribe, “nos formamos cívicamente desde la postura reverente que exige la historia, exaltando la bandera como epicentro del interés colectivo e identitario de nuestra nación”.
El fervor patriótico también ha sido plasmado en la poesía. El poema “Arriba el pabellón”, del poeta y traductor Gaston Fernándo Deligne, evoca la esencia de los colores tricolores y el espíritu de lucha que caracterizan a la República Dominicana, recordándonos que cada hilo del lienzo está tejido con sacrificio, amor y esperanza.
Conclusión
La bandera nacional no es solo un símbolo, sino un legado vivo que une a los dominicanos en torno a la idea de libertad y progreso. En cada izada y en cada celebración se reafirma el compromiso de preservar y honrar la memoria de quienes forjaron la nación, asegurando que los valores de “Dios, Patria y Libertad” sigan guiando a la República Dominicana hacia un futuro de unidad y prosperidad.