El senador por Florida, Marco Rubio, podría ser designado como secretario de Estado en el gobierno de Donald Trump, según fuentes cercanas a la futura administración. Rubio, quien en su momento fue un férreo rival de Trump en la carrera presidencial de 2016, ha cambiado su relación con el ahora presidente electo, mostrando apoyo durante las recientes elecciones.
Rubio, de 53 años, hijo de inmigrantes cubanos, es conocido por su dura retórica contra regímenes como los de Cuba y Venezuela y por su firme oposición a países como Irán y China. Su trayectoria en el Senado desde 2010 ha estado marcada por una activa participación en temas de política exterior. Durante el primer mandato de Trump, mantuvo posiciones duras que ahora podrían ser clave en su potencial rol como jefe de la diplomacia estadounidense.
Postura en temas clave de política exterior
- China: Rubio ha sido uno de los mayores críticos del gigante asiático, apoyando restricciones y promoviendo investigaciones contra empresas tecnológicas chinas, incluidas acciones contra TikTok. Fue sancionado por Pekín en 2020 debido a sus comentarios sobre Hong Kong.
- Irán: El senador considera a Irán un enemigo directo y ha sido partidario de imponerle duras sanciones. Rubio incluso ha afirmado que EE.UU. debe estar preparado para una posible confrontación con Teherán.
- Cuba y Venezuela: Su postura crítica contra los gobiernos de La Habana y Caracas es ampliamente conocida. Rubio apoyó al autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela, Juan Guaidó, y dirigió campañas contra Nicolás Maduro y el régimen cubano.
- Israel y el conflicto en Gaza: Rubio respalda un enfoque contundente en la lucha contra Hamás y ha criticado la falta de apoyo del gobierno de Joe Biden hacia Israel.
- Conflicto en Ucrania: Aunque ha mostrado una postura dura contra Rusia en el pasado, Rubio apoya la idea de Trump de presionar para una solución negociada al conflicto entre Ucrania y Moscú.
Si es nombrado, Rubio podría significar un retorno a políticas exteriores más agresivas, aunque alineadas con la perspectiva pragmática de Trump, centrada en proteger los intereses comerciales y de seguridad nacional de EE.UU.