Dr. Isaías Ramos
El 27 de febrero se considera la fiesta más importante entre las efemérides patrias del país, día en el cual el presidente en turno rinde cuentas ante el Congreso. Este acto ha ido perdiendo credibilidad, ya que muchos gobernantes aprovechan este escenario para destacar mediante cifras y datos impresionantes, buscando rédito político. Mezclan verdades con medias verdades, distorsionan y manipulan la información. Conscientes de este proceder deshonesto, preferimos omitir ese contenido y referirnos al epílogo de este largo discurso, donde se evocaron las virtudes de nuestros patricios. A continuación, algunos de los párrafos finales del discurso del presidente Luis Abinader: “Nuestra responsabilidad es cruzar ese puente hacia un mejor porvenir. Lo lograremos con la visión de Duarte, creando una democracia plena capaz de responder a las necesidades de los ciudadanos; con el arrojo de Mella, evitando que el desaliento nos haga retroceder ante las dificultades; y con la voluntad de Sánchez, trabajando sin descanso hasta alcanzar el objetivo. Con visión, arrojo y voluntad, cumpliremos nuestra misión histórica de transformar el país del pasado en el país del futuro…” Fin de la cita.
A pesar de su gran elocuencia, en el fondo, se repite la misma historia que por décadas nos han vendido: palabras grandilocuentes y el mismo mareo que hoy parte de la población denomina “rendición de cuentos”.
En este discurso, el presidente revela una desconexión alarmante entre sus palabras y sus actos. Mientras hacía referencia a la visión de Duarte sobre una democracia plena, sus acciones demuestran lo contrario, especialmente el 15 de enero, al promulgar la ley 1-24, lo cual representó un golpe a la democracia y al estado de derecho consagrado en nuestra Constitución. Si sus palabras fueran coherentes, habría derogado ese adefesio jurídico antes de presentarse ante el Congreso; sin embargo, sus hechos demuestran que su visión es diametralmente opuesta a la del padre de la patria.
El arrojo de Mella es muy diferente a la audacia mostrada el 14 de noviembre de 2023, cuando se presentó ante la nación intentando vender ilusiones, justificando así la concesión de nuestros aeropuertos por 37 años a cambio de sumas irrisorias. Este es un acto que nos llena de desaliento al notar que quien juró defender los intereses del pueblo actúa en sentido contrario.
La voluntad de Sánchez, trabajando sin descanso para liberarnos del opresor, contrasta con la voluntad de esta partidocracia que entrega nuestra soberanía a través de endeudamientos injustificables, injustos e inmorales, contratos de alianza público-privada, fideicomisos públicos y la entrega de nuestros recursos naturales y económicos a grupos extractivos insaciables.
En el Frente Cívico y Social entendemos que el compromiso patriótico implica trabajar en beneficio del bien común, no en favor de intereses particulares o privilegiados.
En el FCS, reconocemos que nos encontramos en un punto crítico donde la inacción nos convierte en cómplices de nuestra propia ruina. El legado de nuestros libertadores, quienes soñaron con una República justa y soberana, está en riesgo. No es momento de guardar silencio; es tiempo de despertar, empoderarnos y actuar con determinación. ¡El momento de salvar la patria es ahora!
¡Despierta, RD!